San Felipe Jalapa de Díaz, Oax.- La diversificación de cultivos contribuye a alcanzar la autosuficiencia alimentaria al mismo tiempo que incrementa la rentabilidad de la actividad agrícola. Esta práctica sustentable es uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación y, entre otros beneficios, permite romper ciclos biológicos de plagas y enfermedades, propicia la presencia de insectos benéficos en las parcelas y, al facilitar el control natural de las plagas, permite disminuir el uso de agroquímicos.
El municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca, está dentro de la Mazateca Baja del estado de Oaxaca. Allí, cerca del 95% de los productores cultivan maíz para autoconsumo, de manera que solo una pequeña porción de la producción (cuando hay excedentes) se comercializa en los mercados locales.
Para que los productores de San Felipe Jalapa de Díaz puedan comercializar otros productos y dispongan así de algunos ingresos adicionales en apoyo a la economía de sus familias, se está fomentando la diversificación de cultivos a través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) junto con sus colaboradores.
En el actual ciclo agrícola se han establecido parcelas con cultivos intercalados (cultivos simultáneos en la misma parcela) y en relevo (cultivos en secuencia, es decir, uno después de otro): maíz-cacahuate, maíz-chícharo gandul de ciclo corto y ciclo largo, maíz-soya en rotación (maíz en primavera-verano y soya en otoño-invierno), maíz-ajonjolí (rotación), maíz-amaranto (rotación), maíz- frijol mungo, etc.
La finalidad de estas combinaciones es que los productores observen el comportamiento de cada cultivo y puedan incorporarlos (según sus necesidades y preferencias) de manera cotidiana a su sistema de producción, no solo para diversificar sus ingresos sino también para aprovechar los beneficios que cultivos como las leguminosas le aportan al suelo (como la fijación de nitrógeno y el aporte de materia orgánica, por ejemplo) y la restauración de la diversidad funcional para el manejo agroecológico de las plagas.
Además, la diversificación de cultivos –independientemente de la posibilidad de comercialización y generación de ingresos– permite diversificar las fuentes de alimentación e incorporar nuevos alimentos nutritivos a la dieta de las familias productoras.