A medida que el calendario avanza hacia el 16 de octubre, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) celebra el Día Mundial de la Alimentación. El tema de este año es “Nuestras acciones son nuestro futuro”.
Nuestras vidas dependen de los sistemas agroalimentarios.
Abarcan el recorrido de los alimentos (por ejemplo, cereales, verduras, pescado, frutas y ganado) desde el campo hasta la mesa, incluyendo el momento en que se cultivan, se cosechan, se procesan, se empaquetan, se transportan, se distribuyen, se comercializan, se compran, se preparan, se comen y se eliminan. También abarca los productos no alimentarios (por ejemplo, la silvicultura, la cría de animales, el uso de materias primas, la biomasa para producir biocombustibles y las fibras) que constituyen los medios de vida, y todas las personas, así como las actividades, las inversiones y las elecciones que intervienen en la obtención de estos alimentos y productos agrícolas.
Los alimentos que elegimos y la forma en que los producimos, preparamos, cocinamos y almacenamos nos convierten en parte integrante y activa del funcionamiento de un sistema agroalimentario.
Un sistema agroalimentario sostenible es aquel en el que se dispone de una variedad de alimentos suficientes, nutritivos y seguros a un precio asequible para todo el mundo, y nadie pasa hambre ni sufre ninguna forma de malnutrición. Las estanterías están repletas en el mercado local o en la tienda de alimentación, pero se desperdician menos alimentos y la cadena de suministro de alimentos es más resistente a las perturbaciones, como las condiciones meteorológicas extremas, el aumento de los precios o las pandemias, todo ello limitando, en lugar de empeorar, la degradación medioambiental o el cambio climático. De hecho, los sistemas agroalimentarios sostenibles proporcionan seguridad alimentaria y nutrición para todos, sin comprometer las bases económicas, sociales y medioambientales, para las generaciones venideras. Conducen a una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos.
Arreglemos el sistema
Las contradicciones no pueden ser más flagrantes — millones de personas pasan hambre o están desnutridas, mientras que un gran número tiene sobrepeso crónico debido a una mala alimentación. Los pequeños agricultores producen más de un tercio de los alimentos del mundo y, sin embargo, son algunos de los más afectados por la pobreza, ya que la agricultura sigue siendo un sector imprevisible. Los sistemas agroalimentarios contribuyen en gran medida al cambio climático, que a su vez amenaza la producción de alimentos en algunas de las zonas más pobres del mundo. La pérdida y el desperdicio de alimentos es desenfrenado, al lado de las personas que dependen de los bancos de alimentos o de la ayuda alimentaria de emergencia.
La evidencia está a la vista: nunca ha habido una necesidad más urgente de transformar la forma en que el mundo produce y consume alimentos.
Este año, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, le traemos cuatro historias sobre el trabajo del CIMMYT para apoyar los sistemas agroalimentarios sostenibles.
Mejor producción
Los centros del CGIAR presentan una metodología para transformar la agricultura de recursos limitados, contaminante y vulnerable en sistemas alimentarios inclusivos, sostenibles y resistentes que ofrezcan dietas saludables y asequibles para todos dentro de los límites planetarios.
Publican guía para transformar los sistemas agroalimentarios paso a paso con base en Cultivos para MéxicoMejor nutrición
Los científicos del CIMMYT prevén un fuerte aumento de las nuevas variedades de trigo enriquecidas con zinc que pueden potenciar este mineral esencial para millones de personas pobres con dietas deficientes. Se espera que en los próximos diez años las nuevas variedades de trigo con alto contenido en zinc representen al menos el 80% de las variedades distribuidas en todo el mundo, frente al 9% actual.
El nuevo trigo enriquecido con zinc se expande por todo el mundo para combatir la malnutriciónUn mejor medio ambiente
Entender la relación entre el cambio climático y la salud de las plantas es clave para conservar la biodiversidad e impulsar la producción de alimentos hoy y para las generaciones futuras.
Proteger las plantas protegerá a las personas y al planeta
Una vida mejor
Un nuevo libro evalúa el potencial y las limitaciones del desarrollo de la cadena de valor para fortalecer los medios de vida de los pobres de las zonas rurales y extrae conclusiones aplicables a todo el ámbito del desarrollo.
El balance de desarrollo de la cadena de valor
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