Zimbabue.- La producción y el comercio de productos básicos agrícolas es uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad tropical. No obstante, el aumento de las tensiones entre humanos y vida silvestre podría amenazar la coexistencia a largo plazo de las personas y la vida silvestre, refiere una investigación del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés), la Universidad de Wageningen y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través de su representación en Zimbabue, África—.
El valle medio del Zambeze, en Zimbabue, es un área de gran importancia para la conservación de muchos mamíferos africanos emblemáticos, como los elefantes y los leones. Las áreas protegidas, sin embargo, aunque son fundamentales para la conservación de la biodiversidad, no son suficientes, ya que solo cubren una pequeña fracción del área de distribución de la mayoría de las especies —el 80 % de la superficie terrestre prioritaria para la conservación de los mamíferos está ocupada por personas y ha perdido parte de su vegetación natural a causa de la agricultura—, señala el estudio.
En el valle se ha podido observar que la producción de algodón ha sido un importante impulsor de la deforestación, con un probable impacto negativo en el hábitat de la vida silvestre. Sin embargo, el documento publicado cuestiona los supuestos comunes sobre el tipo de agricultura que las sociedades necesitan para salvar la biodiversidad.
Así, en el artículo Cultivos de productos básicos en paisajes de producción ricos en biodiversidad: ¿amigos o enemigos? El ejemplo del algodón en el valle medio del Zambeze, Zimbabue, los científicos señalan que los cultivos de productos básicos pueden ser una oportunidad para la conservación de la naturaleza, y no solo una amenaza.
El debate se ha centrado mucho en los cultivos de productos básicos comercializados a nivel mundial y el problema asociado de la deforestación, pero generalmente se parte de un análisis demasiado simplificado del impacto de estos productos básicos sobre la naturaleza y los medios de subsistencia. Por esta razón, el artículo ofrece un panorama amplio del tema y es a la vez una invitación a repensar la agricultura de pequeña escala que se desarrolla “al borde de las áreas protegidas”.
“Es esencial que los agricultores tengan acceso a las tecnologías apropiadas, y que el uso correcto de las tecnologías se haga mediante regulaciones sólidas, para que los insumos se utilicen con la máxima eficiencia y los mínimos efectos secundarios”, señala el documento, el cual está disponible en: https://doi.org/10.1016/j.biocon.2022.109496.
Con información de Frédéric Baudron.