Cuando los esfuerzos para fomentar una agricultura sustentable se juntan, también se potencializan. Ejemplo de esto es la colaboración entre la Junta Local de Sanidad Vegetal de Huatabampo, Granera del Noroeste y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que impulsan en el estado mexicano de Sonora acciones para mejorar la productividad del trigo a través de la adopción de sistemas como la agricultura de conservación y el control biológico de plagas.
“El objetivo es bajar los costos de producción en el cultivo del trigo, porque los productores buscan la forma de invertir menos y tener buenas utilidades en beneficio de sus familias”, comenta Pascual Moroyoqui Yin, de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Huatabampo.
“Nosotros tenemos un laboratorio de reproducción de insectos benéficos donde reproducimos crisopa y Trichogramma. También estamos iniciando con la reproducción de la catarina y estamos buscando la forma de reproducir tamarixia, que de hecho ya la estamos reproduciendo artesanalmente porque es uno de los parasitoides más útiles para el control de Diaphorina citri, una plaga que tenemos aquí en la región, transmisora del HLB (Huanglongbing, enfermedad que afecta particularmente a los cítricos)”, refiere Moroyoqui.
La reproducción de estos cuatro organismos busca incrementar el control biológico en la región: “hay que tratar de hacerlo de manera natural para incrementar las poblaciones de estos insectos benéficos, porque permiten hacer un control bastante bueno y en esta región tenemos esa gran diversidad de insectos benéficos, solo que a veces los productores no se dan cuenta”, menciona el especialista.
La intención de la colaboración entre las organizaciones es impactar positivamente en las más de 35 mil hectáreas que conforman el área de influencia de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Huatabampo porque, señala Moroyoqui, “los productores requieren de nuevas tecnologías para producir igual o más a costos más bajos y con menor impacto ambiental. Son aspectos que mediante la investigación se tienen que ir cubriendo para tratar de incrementar el potencial productivo de la región”.
La crisopa es un depredador muy eficaz para controlar los pulgones que se presentan en el cultivo del trigo. Las liberaciones de este insecto benéfico inician “a mediados de enero, cuando van empezando las plagas de pulgones, ya que este insecto trabaja mucho mejor cuando las poblaciones de pulgón son bajas”. La liberación debe hacerse temprano porque “porque una vez que rebasa los umbrales de acción se tienen que hacer aplicaciones químicas y eso no es lo deseable. Lo que se busca es tener un equilibrio ecológico entre insecto benéfico e insecto plaga”.
En un centímetro cúbico, que es la dosis utilizada, hay alrededor de 5 mil huevecillos de crisopa. “Ese huevecillo lo mezclamos con salvado para que se adhiera y así hacemos la liberación en los campos donde hay problema de plagas. En la iniciativa con el CIMMYT y Granera del Noroeste intervinieron varios productores. Hicimos liberaciones de crisopa, mostrándole al productor que no es necesario hacer tantas aplicaciones químicas para tener una buena producción”, concluye Moroyoqui.