La principal plaga que se presenta en el cultivo del trigo en el Valle del Yaqui, en el estado mexicano de Sonora, es el pulgón. Generalmente los productores controlan la plaga con imidacloprid, que es aplicado por avionetas fumigadoras. Imidacloprid, sin embargo, es un insecticida con un alto impacto ambiental que no solamente elimina áfidos (pulgones), sino también insectos benéficos como abejas o enemigos naturales de las plagas como catarinas, sírfidos —o moscas de las flores— y avispas que parasitan a los pulgones.
Eliminar a los enemigos naturales de las plagas implica que éstas pueden regresar más fácilmente después de la aplicación ya que tienen una mayor capacidad de reproducción que sus enemigos. Esto puede traer como consecuencia que se requiera hacer aplicaciones subsecuentes de insecticidas. Además, el insecticida en mención también es considerado tóxico para los seres humanos por lo que es necesario buscar alternativas que sean más amigables con el medioambiente y la salud humana, pero que también tengan la misma eficiencia de control de pulgones.
En el Campo Experimental Dr. Norman E. Borlaug (CENEB) en Ciudad Obregón, Sonora, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Patronato para la Investigación y Experimentación Agrícola del Estado de Sonora (PIEAES) desarrollaron un ensayo durante dos ciclos consecutivos para evaluar estrategias para el control del pulgón con productos más amigables con el medioambiente que aquellos que comúnmente se utilizan en los campos de los productores —que tienen imidacloprid como ingrediente activo—. En ambos ciclos, el cultivo utilizado fue trigo harinero variedad Borlaug 100, sembrado a doble hilera.
Para comparar el efecto de las distintas opciones disponibles se establecieron tratamientos con productos de bajo impacto ambiental (neem, lupiradifurone, sulfoxaflor y spirotetramat), como con un testigo sin aplicación y un tratamiento con imidacloprid. Además, para el monitoreo del pulgón se utilizaron trampas de color que permitieron conocer la incidencia de la plaga. Así mismo, se hicieron muestreos en todas las parcelas para determinar el momento de la aplicación de los productos.
Durante el primer año del ensayo los productos que mejor controlaron la población promedio de pulgones por planta fueron imidacloprid y sulfoxaflor, mientras que el mayor número de pulgones estuvo en las parcelas con aplicación de neem y en el testigo.
En el segundo año del ensayo los productos que mejor controlaron la población promedio de pulgones por planta fueron imidacloprid y sulfoxaflor, mientras que el mayor número de pulgones estuvo en las parcelas con aplicación de spirotetramat y el testigo sin aplicación.
Aunque sigue siendo necesario continuar con las investigaciones, este ensayo contribuye a la identificación de alternativas de bajo impacto ambiental para el control del pulgón. Además de la opción de bajo impacto ambiental que destacó en el ensayo, el manejo agroecológico de plagas es una alternativa que también puede aportar resultados positivos en la materia.