La región de Los Tuxtlas, Veracruz, se caracteriza por la producción agrícola de temporal y por una ganadería extensiva, destinada mayormente a la alimentación familiar y de la comunidad. Esto ha contribuido significativamente a la deforestación y al deterioro de los suelos. Además, la topografía accidentada, el manejo inadecuado del suelo y el efecto de la lluvia propician la degradación de los recursos naturales en los ecosistemas ubicados en laderas de esa región.
El manejo convencional de los productores de la región de Los Tuxtlas (que consiste principalmente en el uso intensivo del suelo, la quema de residuos, el control químico de plagas y malezas, y el monocultivo) ha favorecido que haya rendimientos menores de dos toneladas por hectárea de maíz por ciclo de cultivo; disminución de la fertilidad del suelo; pérdidas de suelo por erosión de hasta 200 toneladas por hectárea al año; y producción de altas cantidades de sedimentos en los escurrimientos (los cuales azolvan cuerpos de agua y afectan la pesca).
El sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) es una alternativa para los productores de Los Tuxtlas. El sistema fue desarrollado en terrenos planos de la zona templada del país para hacer un uso óptimo del suelo en tiempo y espacio —la práctica fue estructurada desde hace alrededor de treinta años por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional—; en terrenos de ladera del trópico húmedo de México funciona como un sistema agroforestal que integra cultivos básicos, árboles frutales tropicales y forestales, los cuales proporcionan beneficios en el corto, mediano y largo plazos.
El sistema MIAF también integra componentes tecnológicos de la terraza de muro vivo, como la roturación unidireccional del suelo (con tracción animal o mecánica al contorno de la ladera para favorecer la formación paulatina de una terraza) y el filtro de escurrimientos que consiste en colocar en la parte alta de la hilera de frutales un cordón o camellón con residuos de cosecha de maíz, frijol, o ramas eliminadas en la poda de los árboles.
Gracias a los trabajos realizados en la plataforma de investigación de Los Tuxtlas —en el marco del programa MasAgro de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —, se encontró que en terrenos de ladera manejados de manera convencional se pierden 35.5 kg de suelo por cada kilogramo de grano de maíz producido. En cambio, con la tecnología de terrazas de muro vivo (base para el diseño del sistema MIAF en laderas) solamente se pierden 0.40 kg de suelo.
Resultados de investigaciones recientes en la plataforma también aportan nuevas evidencias de los beneficios del sistema MIAF como tecnología agroecológica particularmente útil para la agricultura de temporal en laderas. Entre estos beneficios están la reducción de hasta 46% de los escurrimientos; la disminución de la erosión hasta en 80%; la reducción de la fuga de nitrógeno en 73.4%, la de fósforo en 49.2%, la de potasio en 49.33%, la de calcio en 82.35% y la magnesio en 76.2% (en comparación con el manejo convencional).
Las experiencias de difusión y promoción del sistema MIAF en Los Tuxtlas indican que se trata de una tecnología con amplios beneficios, pero que puede resultar compleja para algunos productores, por lo que se requiere de un constante acompañamiento técnico al menos los primeros dos años. Actualmente, en la plataforma de investigación se estudian mecanismos más especializados del sistema, tales como la colocación de filtros de escurrimiento y la roturación del suelo.
Por: Andrés Zambada Martínez, Víctor Manuel Mejía Rodríguez y Sofonías Domínguez Azamar, Odeco