“El principal problema que nosotros tenemos en nuestras parcelas, en nuestros cultivos, es que el gusano cogollero nos empieza a atacar prácticamente desde la emergencia de la semilla. Si no controlamos eso nos pega en el bolsillo porque nos baja drásticamente el rendimiento”, comenta Humberto Pascual Hernández, productor de maíz de la comunidad El Aguacate, en el municipio de Hueyapan de Ocampo, en Veracruz, México.
Para Humberto era importante encontrar otras opciones para preservar sus cosechas y disminuir el uso excesivo de agroquímicos: “buscando nuevas alternativas en conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) llegamos a este material de PROVIVI® que es bastante funcional. Lo hemos visto. Con otros compañeros productores ya lo hemos estado utilizando y evaluando su funcionalidad aquí en campo”.
“Los dispensadores PROVIVI FAW® se colocan inmediatamente después de la siembra, antes de la emergencia del grano. Su duración es hasta prácticamente el final de la cosecha, 90 días, es decir, tres meses. Y con ello nos hemos dado cuenta que la incidencia de gusano cogollero, que es el que más nos aqueja aquí en nuestro cultivo de maíz, ha bajado radicalmente a partir de que nosotros estamos usando estos dispensadores de confusión sexual y haciendo prácticas de agricultura de conservación”, menciona Humberto.
“Con estos dispensadores nosotros hemos bajado en un 95 % la incidencia del gusano cogollero. Estamos viendo hechos, resultados palpables, podemos ver a simple vista la funcionalidad de esta alternativa agroecológica”, Lo anterior se traduce en una planta menos estresada, más sana y, por ende, una mejor calidad del producto terminado. Además, menciona el productor que usando esta herramienta como parte del manejo integrado del gusano cogollero, “nos beneficia bastante en nuestra economía porque antes, híjole, yo creo que hasta seis aplicaciones —de plaguicidas— hubiera tenido que hacer”.
La principal ventaja que Humberto como productor ve en esta alternativa es que le ayuda a disminuir el uso excesivo de insecticidas: “Ahora ya no estoy expuesto a los químicos que a la larga pues me estaban dañando, me estaban intoxicando”, comenta.
Además de disminuir la exposición excesiva de los agricultores a insecticidas, los dispensadores de feromonas de confusión sexual también ayudan a la preservación de los ecosistemas “porque con el control químicos nosotros nos estamos ‘llevando’ (eliminando) a insectos benéficos que también nos ayudan de manera natural al control del gusano cogollero. Y con estos dispensadores, al no estar aplicando químicos, estamos ayudando a mantener a las diferentes faunas benéficas que ya de manera natural se encuentran en nuestro cultivo”, señala Humberto.
Convencido de que las decisiones que tome en el presente impactarán en sus hijos y en las futuras generaciones, Humberto promueve esta y otras prácticas sustentables —como la agricultura de conservación que permite conservar suelos y agua— en su comunidad y otras aledañas: “Yo invito a los productores que usen estas alternativas y que vean los resultados para que comprueben de manera real que es algo que sí funciona y que a la larga nos va a beneficiar en muchos aspectos: económico, en salud, mantener la biodiversidad, le vamos a dar vida a nuestro campo”.