“La complejidad rotacional aumenta la producción del sistema de cultivo en condiciones de crecimiento más pobres” es el nombre de un nuevo artículo científico que da cuenta del innovador estudio que analiza datos de 20 experimentos de rotación de cultivos a largo plazo en América del Norte y que ofrece una nueva perspectiva sobre cómo la diversificación en la rotación de cultivos puede mejorar la productividad y la resiliencia en un entorno agrícola cada vez más incierto debido al cambio climático.
Este estudio “fue llevado a cabo por el Servicio de Investigación Agrícola (ARS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) como parte del proyecto Diverse Rotations Improve Valuable Ecosystem Services (DRIVES), pero gracias a nuestros experimentos a largo plazo pudimos aportar datos”, comenta Simon Fonteyne, Líder de Agronomía para América Latina de CIMMYT, quien resalta la importancia de esta investigación y el papel clave de los experimentos a largo plazo desarrollados en México.
“Los datos a largo plazo son críticos, ya que el impacto de las rotaciones de cultivos requiere múltiples ciclos para surtir efecto y las respuestas a menudo están condicionadas por otras prácticas de gestión (por ejemplo, regímenes de fertilidad o labranza), suelos y clima”, señala el estudio, el cual destaca cómo la diversificación de las rotaciones, al aumentar el número de especies y la duración de las mismas, contribuye a mejorar la producción de cultivos como maíz y soja.
El estudio también señala que, en algunos casos, la inclusión de cultivos de menor rendimiento, como los cereales pequeños, puede resultar en una reducción en la producción a nivel de rotación, lo que refleja las posibles compensaciones que los agricultores deben considerar.
El doctor Fonteyne comenta al respecto: “Entre los resultados destaca que la producción de maíz y soja aumentó a medida que aumentó el número de especies y la duración de la rotación, mientras que los resultados de las rotaciones completas variaron según el sitio, dependiendo de los cultivos presentes. Las rotaciones diversas redujeron la producción a nivel de rotación en ocho sitios debido a la adición de cultivos de menor producción, como los cereales pequeños, cuya menor rentabilidad no fue compensada por la mayor producción en maíz. En contraste, en los sitios con condiciones menos favorables para el maíz, el efecto a nivel rotación fue positivo”.
La investigación subraya la importancia de adoptar rotaciones de cultivos más diversas como una estrategia para mitigar los riesgos asociados con un clima cada vez más impredecible: “Las rotaciones se pueden diversificar agregando cultivos anuales, cultivos de cobertura, cultivos perennes o alguna combinación de lo primero a una rotación simplificada. Se ha demostrado que las rotaciones con alta diversidad admiten múltiples servicios ecosistémicos, incluido el secuestro de carbono, supresión de plagas, y protección de la calidad del agua”, señalan los especialistas.
“Este tipo de investigación no solo nos permite entender mejor las dinámicas de los sistemas de cultivo, sino que también nos proporciona las herramientas necesarias para mejorar la productividad de manera sostenible”, señala Fonteyne, añadiendo que es fundamental destacar que el apoyo a los ensayos en México fue proporcionado por el proyecto MasAgro-Cultivos para México, financiado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, y la iniciativa Excelencia en Agronomía del CGIAR.
El artículo, que contribuye al entendimiento de cómo las prácticas agrícolas diversificadas pueden ofrecer soluciones concretas a desafíos del cambio climático, está disponible para su lectura en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590332224003336.