Huautla, Hgo.- Por las características del relieve, la agricultura de las regiones Sierra y Huasteca de Hidalgo se realiza mayormente en zonas de ladera. Estas unidades de producción se caracterizan —de manera general— por poseer una superficie de hasta 1 hectárea, con baja productividad y una preocupante pérdida de suelo por problemas de la erosión hídrica que se acentúa por las pronunciadas pendientes.
En la región Huasteca, además de la problemática productiva, se encuentran algunos de los municipios con mayor índice de rezago social. Por esto, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se promueven alternativas para mejorar la productividad de las parcelas en laderas y apoyar el ingreso familiar.
Una de esas alternativas es el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —una práctica estructurada desde hace alrededor de treinta años por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional—, que se fomenta a través de la red de innovación impulsada por el CIMMYT con programas como MasAgro.
El MIAF es un sistema agroforestal de cultivo intercalado, constituido por tres especies: el árbol frutal, el maíz y el frijol (u otra especie comestible, de preferencia leguminosa). Además de la producción de granos básicos y frutas —elementos estratégicos para la seguridad alimentaria de las familias rurales—, el sistema tiene como propósito incrementar el ingreso familiar, aumentar el contenido de materia orgánica del suelo agrícola, controlar la erosión hídrica y —consecuentemente— hacer un uso más eficiente del agua de lluvia.
Don Ricardo García Vera es un productor originario de Tamoyón —municipio de Huautla— que desde 2018 ha trabajado con el sistema MIAF para diversificar sus cultivos e incrementar su rentabilidad. Anteriormente, cultivaba maíz hojero y melina —un árbol maderable—, pero con el sistema MIAF incorporó también cítricos (naranja valenciana), lo cual le ha permitido tener un sistema más sustentable y rentable que, a su vez, hace posible conservar y mejorar la calidad de los suelos.
Actualmente, su parcela es un área de extensión de MasAgro —es decir, una unidad productiva en la que se han adoptado prácticas sustentables— y funciona también como una parcela demostrativa a la que otros productores acuden para ver el funcionamiento de sistemas integrados como el MIAF o el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP) (la diversificación de cultivos, además, reduce la incidencia de plagas), que —junto con la Agricultura de Conservación— permiten a los productores incrementar sus rendimientos y conservar los recursos naturales.
Para este productor, los beneficios de realizar una Agricultura Sustentable son claros. Por ejemplo, durante el ciclo primavera-verano 2019, pese a que la sequía en la zona fue intensa, en maíz obtuvo rendimientos de 3 toneladas por hectárea. Este resultado es destacable, ya que el promedio en la región fue de 500 kilos, y varias parcelas presentaron incluso pérdidas totales debido a la sequía.
Adicionalmente, con el sistema MIAF ha diversificado también sus ingresos, y comenta: “ese era un terreno en el que nosotros hacíamos milpa desde hace años, pero después ya no se daba igual y por eso empezamos a sembrar maíz hojero, para siquiera vender las hojas. Luego los malos temporales nos orillaron a ver otras maneras de ir pasándola, y por eso decidí meter naranja. Ahora, con una misma parcela vamos a tener maíz para la familia y hoja para vender, y después tendremos fruta”.
La asociación de milpa con árboles frutales genera beneficios ambientales y económicos. Para don Ricardo, por ejemplo, mientras el maíz y el frijol garantizan la seguridad alimentaria de su familia, la naranja brindará ganancias económicas por la venta de los excedentes en el mercado local.