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Colaboran para transformar el campo de Sinaloa

SAFINSA y el CIMMYT promueven prácticas sustentables en el norte del país. Ambas organizaciones trabajan en una plataforma de investigación donde se identifican y validan las prácticas más viables y pertinentes para los productores de la zona. 

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La investigación científica y la colaboración son determinantes para impulsar la transición hacia una agricultura más sustentable. En el norte del país, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y SAFINSA (Servicios Agro Financieros del Norte), una empresa clave para la cadena de valor del trigo en la región, colaboran para promover mejores prácticas agrícolas. 

SAFINSA y el CIMMYT han estado trabajando ya desde hace varios años con una plataforma de investigación ubicada en Poblado Cinco, en Ahome, Sinaloa. “Allí se han evaluado cuáles son las prácticas más sustentables para producir trigo y maíz en la región; a partir de esto los técnicos de SAFINSA se han capacitado continuamente para ayudar a que los productores de la zona adopten con mayor facilidad estas prácticas. Actualmente técnicos de esta organización desarrollan sus capacidades en el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable que ofrece el CIMMYT. Hemos hecho buen equipo para este tipo de proyectos”, comenta Carolina Cortez, coordinadora técnica del Hub Pacífico Norte del CIMMYT.

“Tanto con Safinsa, como con Grupo Bimbo, hemos impulsado la Agricultura de Conservación en la región. Encontramos en SAFINSA una empresa que ha apoyado todo lo que implica este sistema de Agricultura Sustentable. Aquí, por ejemplo —señala las parcelas de productores que trabajan con dicho sistema— vemos sus tres componentes básicos: el primero es dejar el residuo en la parcela. Lo que se busca es que el suelo quede cubierto por el rastrojo del cultivo anterior, evitar erosiones, aumentar la mayor captación de agua en el suelo, no practicando las quemas de rastrojo, evitando que toda esta materia orgánica que se pierda”. 

“Otro componente básico de la Agricultura de Conservación es la rotación de cultivos —que en la zona ha sido con ajonjolí y soya en el ciclo de temporal en verano—. Precisamente, el ajonjolí cosechado en estas parcelas tiene en Bimbo un comprador seguro, con lo cual se fortalece la cadena y los productores capitalizan los beneficios de producir bajo este sistema sustentable”, señala la coordinadora del Hub. 

“Como tercer componente se tiene el mínimo movimiento del suelo. Aquí se utilizaron sembradoras para Agricultura de Conservación, teniendo el apoyo de las centrales de maquinaria instaladas en el Valle del Carrizo para Agricultura de Conservación por parte de Fundación Produce y el Gobierno del estado. Una de las ventajas de usar este tipo de instrumentos es que tanto la fertilización como la siembra son puntuales, es decir, no se tiene tanto desperdicio de fertilizantes”, refiere Carolina Cortez. 

“Usar la voladora aumenta las dosis de fertilizante o densidad de semilla, lo cual no siempre es lo más eficiente, mientras que con la sembradora de Agricultura de Conservación el aprovechamiento de los recursos semilla-fertilizante es mejor, añadiendo el beneficio de ahorrar pasos de maquinaria. Siendo una de las funciones principales en la adaptación de la maquinaria para Agricultura de Conservación el cortar la paja (rastrojo), evitando que el suelo quede desnudo, erosionándose por el exceso de pasos de maquinaria que también implica un exceso de gastos porque ahora con el tema del incremento en el precio de los combustibles y los fertilizantes, es un tema importante para el productor”. 

A partir de estas colaboraciones, en la región también se promueve el uso de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada: “se ha trabajado en la concientización para utilizar sensores, dosis de fertilizantes adecuadas y densidades de semilla óptimas. A partir de los trabajos de la plataforma de investigación se ha demostrado que las densidades altas no implican un mayor rendimiento. Y esa es una de las prácticas que se han trabajado junto con los técnicos de SAFINSA en predios de productores que han optado por implementar las innovaciones”, concluye la coordinadora técnica del Hub. 

El hecho de que empresas como SAFINSA sean promotores activos de la Agricultura Sustentable es un ejemplo para muchas otras regiones del país en las que se necesita que los agricultores tengan a la mano estrategias que les ayuden a manejar mejor sus riesgos productivos. Esta manera de entender la agricultura es fundamental, ya que contribuye a hacer a los sistemas agrícolas y las cadenas de valor más resilientes.