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Capacitación para producir mejor, sin comprometer la tierra

La colaboración entre SEFADER y CIMMYT en Oaxaca capacita a técnicos y agricultores para implementar prácticas agrícolas sustentables, promoviendo la autosuficiencia alimentaria y la conservación del suelo.

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)
Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)

En Oaxaca, la colaboración entre la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el CIMMYT ha dado inicio a un innovador proyecto que, a través de la ciencia colaborativa y la capacitación a la medida, busca fortalecer la autosuficiencia alimentaria de los agricultores y brindarles herramientas para enfrentar los desafíos ambientales y económicos actuales.

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga y Carlos Cervantes Solís son dos de las decenas de técnicos que llevan la voz de esta iniciativa a las comunidades rurales. Ellos están al frente de la implementación de un amplio menú de tecnologías sustentables, un conjunto de prácticas de vanguardia que promueven un manejo adecuado del suelo y el uso racional de insumos, adaptado a las condiciones específicas de cada parcela y cada productor.

“Lo que intentamos es que los productores incrementen su producción sin comprometer la tierra”, explica Mariela, quien trabaja en las comunidades de San Jerónimo y San Pedro Taviche, atendiendo a más de un centenar de productores. “Hicimos un diagnóstico participativo con ellos para identificar sus problemáticas y fortalezas. Nos dimos cuenta de que muchos suelos estaban degradados y que los altos costos de producción también representaban una barrera. Por eso, una de las primeras acciones fue enseñarles a elaborar abonos orgánicos y bioinsumos, así como a aprovechar los rastrojos para mejorar las propiedades del suelo”.

La estructura de esta capacitación tiene un enfoque cascada: técnicos formadores capacitan a Mariela y a otros técnicos, quienes luego llevan estos conocimientos a campo y, mediante parcelas demostrativas, los adaptan y replican en cada comunidad. Este modelo asegura que las prácticas enseñadas realmente funcionen en las condiciones locales. “Esto es importante porque así tenemos la certeza de que nos van a servir al 100% en la localidad“, añade Mariela. Esta capacitación constante permite a los técnicos realizar ajustes y ofrecer recomendaciones prácticas a los productores en cada etapa del cultivo.

Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)
Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)

Carlos Cervantes, asignado al municipio de Santiago Tlazoyaltepec, enfrenta también retos particulares. “Trabajo con cerca 163 productores de seis localidades, algunos en zonas muy remotas y en situación económica adversa. Muchos de ellos hablan una lengua originaria y a veces necesitamos un traductor”, explica. Carlos resalta la importancia de la adaptación cultural y económica en el proceso de capacitación: “Yo en un principio les dije que no venía a enseñarles a sembrar maíz, sino a realizar prácticas que no generen gastos extra y les beneficien. El año pasado, por ejemplo, tuvimos problemas con el gusano cogollero, y este año el programa nos ayudó a implementar trampas con feromonas para controlar esta plaga, lo que minimiza el uso de agroquímicos”.

Este enfoque adaptativo ha permitido que las recomendaciones se ajusten no solo a las características del terreno, sino también a la realidad económica de los productores. “Algunos tienen gallinas, chivos, frutales o flores. Es necesario adecuar las tecnologías a cada agricultor”, comenta Carlos. Los módulos de innovación implementados en diversas regiones de Oaxaca permiten que los productores experimenten y comparen los resultados. Mariela subraya el valor de esta experiencia directa: “Siempre dejamos unos surcos como testigo para que ellos mismos vean la diferencia entre la práctica tradicional y la innovación. Verlo en el campo genera confianza”.

La sostenibilidad es otro aspecto clave del proyecto. “Las tecnologías que implementamos están orientadas a recuperar suelos y reducir el uso de agroquímicos. Estamos preocupados por el ambiente y el futuro”, enfatiza Mariela, para quien esta colaboración entre SEFADER y CIMMYT no solo refuerza el conocimiento técnico de los extensionistas, sino que contribuye a la resiliencia de los agricultores. En palabras de Carlos: “Los productores están viendo que los cambios pueden mejorar su producción y reducir costos. Y lo más importante, es que lo están logrando con sus propios recursos y conocimientos, adaptando las tecnologías a su entorno”.