La colaboración conjunta entre Driscoll’s y el CIMMYT ha consolidado un modelo efectivo de capacitación y transferencia de conocimiento agrícola en comunidades de Puebla y Tlaxcala. A través de esta alianza, se ha facilitado el acceso a técnicas agrícolas sustentables, lo que ha brindado herramientas científicas y prácticas que permiten a los agricultores, trabajadores de Driscoll’s y a las comunidades vecinas mejorar sus procesos productivos y enfrentar los desafíos del cambio climático.
Desde su inicio en 2021, el proyecto ha atravesado dos fases clave, enfocadas inicialmente en los empleados de Driscoll’s y luego en la extensión del impacto hacia miembros de la comunidad, incluyendo instituciones educativas de nivel básico. En la primera fase, se realizó un diagnóstico para comprender las condiciones sociales y productivas de los empleados, seguido de eventos de capacitación tanto presenciales como a distancia. Esta etapa inicial permitió que 258 trabajadores comenzaran a adoptar prácticas agrícolas más sustentables.
Durante la segunda fase, el enfoque se amplió para incluir a miembros clave de la comunidad, lo que reconoció que la resiliencia agrícola se construye de manera colaborativa. Más de 213 personas participaron en diversos eventos de capacitación, donde adquirieron conocimientos esenciales sobre temas como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas. Además, se establecieron módulos de asesoría técnica y se implementaron herramientas, como bitácoras, para el seguimiento de las tecnologías aplicadas.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la manera en que se ha socializado el conocimiento científico, lo que lo ha hecho de forma accesible para todos los actores clave de estas comunidades. Las capacitaciones no solo se han enfocado en aumentar la productividad, sino en fortalecer la seguridad alimentaria y el bienestar comunitario. Los resultados de este esfuerzo colectivo permitirán a los productores locales incrementar sus rendimientos, diversificar sus cultivos y gestionar mejor sus recursos naturales, lo cual se traduce en un impacto positivo a largo plazo.
“Debido a los resultados y aprendizajes de estas fases, se continuó con una nueva etapa para seguir desarrollando actividades de capacitación para actores clave de dos comunidades: San Andrés Payuca, en el municipio de Cuyoaco, en el estado de Puebla, y San José Xicoténcatl, en el municipio de Huamantla, en el estado de Tlaxcala”, señala el equipo técnico del proyecto.
Con una tercera fase en curso, proyectada para 2025 y centrada en la capacitación para mejorar en los procesos productivos, el proyecto reafirma el compromiso de ambas instituciones con el desarrollo rural de las comunidades participantes. En estos meses, se han continuado las actividades de capacitación orientadas a mejorar las capacidades locales en temas como el manejo postcosecha, la fertilidad integral de los suelos, el manejo de plagas, la implementación de tecnologías herméticas para el almacenamiento de granos y el mejoramiento participativo de maíces nativos.
Este proyecto es un claro ejemplo de cómo el conocimiento científico, cuando se comparte de manera efectiva y se adapta a las necesidades locales, puede transformar comunidades rurales, lo que contribuye no solo a mejorar sus condiciones productivas, sino a asegurar un futuro más resiliente y sustentable para sus habitantes.