La agricultura ocupa el 37% de la superficie en el mundo (FAO, 2020) y se estima que, debido a prácticas inadecuadas, produce 24% de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático. Sus efectos en el medioambiente incluyen la contaminación del agua, aire y suelo del planeta.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la superficie agrícola en México es de alrededor de 32 millones de hectáreas (cerca de 16% de la superficie nacional). Guanajuato destaca entre los estados con mayor superficie dedicada a la agricultura, y también por su intensa producción agrícola: en ciclo otoño-invierno 2019-2020, por ejemplo, fue el segundo mayor productor de trigo, con 58,859 hectáreas; y para el ciclo primavera-verano 2020 fue el octavo mayor productor de maíz blanco, con 413,382 hectáreas (SIAP, 2020).
Las prácticas agrícolas inadecuadas en el estado han contribuido a la degradación del ambiente, particularmente a la mala calidad del aire, a la erosión de los suelos agrícolas y a la incidencia de plagas y enfermedades. Entre las prácticas que contribuyen a esta situación están el uso ineficiente de los fertilizantes agrícolas y la quema de rastrojos que afecta sobre todo la calidad del aire en varios municipios de la zona sur del estado (predominantemente en el ciclo otoño-invierno con la quema de residuos de maíz).
A través MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se promueven prácticas, como la Agricultura de Conservación, para mitigar los efectos negativos de la agricultura.
Para reducir las quemas agrícolas, por ejemplo, se promueve el uso de los rastrojos como mejorador de suelo. Así, con MasAgro Guanajuato se ha logrado reducir entre 80 y 90% las quemas agrícolas en el ciclo primavera-verano y más de 50% en el ciclo otoño-invierno.
Con más de 45 mil hectáreas cultivadas con Agricultura de Conservación en Guanajuato se ha evitado liberar más de 5 mil toneladas de CO2 a la atmósfera. Esto, gracias a que la mínima labranza y la mecanización adecuada de la Agricultura de Conservación permiten ahorrar entre 38 y 42 litros de combustible por hectárea, equivalentes a 112 kg de CO2 a la atmósfera. Lo anterior significa que con las prácticas de MasAgro Guanajuato se usa hasta 70% menos combustible por lo que se libera 60% menos CO2.
Con mecanización adecuada en 2 mil hectáreas se ha logrado optimizar la fertilización nitrogenada y reducir las emisiones de óxido nitroso, uno de los principales gases de efecto invernadero y que además de contribuir al calentamiento global, afecta la capa de ozono. Además, la eficiencia de los fertilizantes nitrogenados se ha incrementado a 30% (cifra relevante si se considera que en México se pierde una gran cantidad de nitrógeno durante su aplicación).
Paralelamente, MasAgro Guanajuato desarrolla una estrategia de fertilidad integral que actualmente tiene impacto en más de 143 mil hectáreas de la mano de empresas, proveedores y ayuntamientos (Valle de Santiago, Purísima del Rincón, Yuriria, Salvatierra, Coroneo, Huanímaro, Celaya y próximamente Salamanca y Pénjamo). Los pilares de esta estrategia de fertilidad integral son el mapeo de los suelos, la generación de dosis de fertilización adecuadas y la promoción de formas óptimas de aplicación.
Adicionalmente, con MasAgro Guanajuato se han reducido 40% las aplicaciones de productos altamente tóxicos en los diferentes procesos agrícolas (en control de plagas esta reducción ha sido del 90%), esto es particularmente importante porque beneficia directamente la salud de los trabajadores agrícolas y de los consumidores finales. En otras palabras, con un campo sustentable es posible mantener cielos limpios y estilos de vida más saludables.