90% de la composición genética de las variedades de trigo que se cultivan en Australia son mexicanas.
Por David Engel, embajador de Australia en México.
Fuente: Periódico EXCELSIOR
19 de abril de 2016.
Imaginemos un mundo sin penicilina, sin wifi o sin Google Maps. Imaginemos lo que sería nacer sordo y, años después, poder oír por primera vez gracias a un oído biónico.
Estas innovaciones, cada una de manera diferente, han transformado la vida diaria de millones de personas.
Las cuatro innovaciones antes mencionadas, todas australianas, forman parte de la exposición de paneles informativos en gran formato instalados en las rejas de la embajada de Australia en Polanco. Dichos paneles celebran un importante, y con frecuencia inadvertido, aspecto de la Australia contemporánea: las innovaciones australianas.
La historia de la innovación australiana se remonta a miles de años atrás, a las singulares pinturas de arte rupestre de los pueblos indígenas de Australia, las cuales constituyen la tradición artística más antigua del mundo.
Dado que vivimos en un territorio extenso, prácticamente desierto y, además, con una densidad de población muy baja, desde tiempo atrás los australianos hemos tenido que responder astutamente a los desafíos que nuestra geografía y climas extremos nos presentan. Nos hemos visto obligados a, una y otra vez, definir, concebir y crear de nuevo nuestra identidad como una sociedad moderna, diversa y decididamente libre y abierta.
El resultado es que, de hecho, los australianos somos desproporcionadamente creativos, adaptables e innovadores. Efectivamente, el año pasado el Índice Global de Creatividad clasificó a Australia como la nación más creativa del mundo. Y los científicos, investigadores, ingenieros, técnicos, diseñadores, arquitectos, artistas y exponentes de políticas públicas australianos se ubican entre los mejores del mundo.
La mayoría de los mexicanos quizá desconozcan que cada vez que dan o reciben un billete de polímero de 20 o 50 pesos, sus manos están, literalmente, palpando tecnología australiana. Los billetes de curso legal fabricados con polímero son altamente durables y, gracias a la tecnología australiana de punta que está integrada en dichos billetes, es prácticamente imposible falsificarlos.
A medida que los australianos continuamos innovando, queremos innovar y colaborar más con México, algo que ya hemos estado haciendo durante mucho más tiempo de lo que mucha gente se imagina. Por ejemplo, 90% de la composición genética de las variedades de trigo que se cultivan en Australia es de origen mexicano, gracias a la colaboración en materia de investigación durante más de medio siglo entre Australia y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), establecido en México.
Australia reconoce que México está emergiendo rápidamente como un país clave en las Américas en materia de innovación. Por ejemplo, empresas globales han creado capacidades notables en México en materia de investigación y desarrollo. Además, en ciudades como Monterrey y Guadalajara se han creado centros neurálgicos para la innovación en asociación con instituciones globales de renombre en materia de innovación. Y el campus Startup México ya está forjando éxitos.
Así que la próxima vez que estén sentados en un café, utilizando el wifi para consultar su correo electrónico o Google Maps mientras disfrutan de un café flat white (otro invento australiano), el cual pagaron con un muy tecnológico billete de 50 pesos, confío en que el concepto de innovación australiana les vendrá a la mente.
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