Durante el ciclo primavera-verano 2021 en Santa María Tlahuitoltepec, en el estado mexicano de Oaxaca, ocurrió un fenómeno poco común: la aparición de grandes masas de gallina ciega (Phyllophaga spp.) que perjudicaron la producción de maíz y otros cultivos.
En esta zona de Oaxaca la plaga no se había presentado con tal intensidad —en los muestreos se encontraron de 16 a 20 larvas por metro cuadrado— y se especula que la alta precipitación favoreció el desarrollo de las larvas a una tasa mayor en fechas que coincidieron con el desarrollo vegetativo del maíz. La afectación se agudizó en fechas de siembras tardías, impactando sobre todo en las partes bajas del municipio, donde el 40% de las parcelas se siniestraron.
La llamada gallina ciega es un amplio grupo de insectos y no todos son una plaga. De hecho, en México solo un 10% de las especies registradas de este insecto actúan como plaga del sistema de raíces o del follaje, pero pueden provocar la muerte hasta del 50% de las plantas.
Ya que en Santa María Tlahuitoltepec los agricultores no se enfocan a obtener ingresos económicos, en muchas ocasiones no realizan actividades preventivas para evitar el daño de plagas y enfermedades. Considerando que la producción que obtienen de sus parcelas les permite subsistir aproximadamente por cinco meses y el resto del año deben comprar granos, a veces a precios elevados, fenómenos como este ponen en serio riesgo la seguridad alimentaria de la comunidad.
La gallina ciega deposita sus huevecillos en la zona de raíces, normalmente en los meses de mayo a junio y su incubación dura en promedio 15 días. Las larvas son de color blanco cremoso con cabeza café rojiza y llegan a medir de cinco a siete centímetros de largo. En su estado adulto son un escarabajo de color café rojizo de hábitos nocturnos.
Si bien es necesario identificar qué especies específicas de gallina ciega son las que están afectando los cultivos en esta zona de Oaxaca, es importante que los agricultores reconozcan cuándo podrían estar teniendo un problema con esta plaga porque varios de sus principales daños en los cultivos podrían confundirse con una deficiencia de nutrientes.
El amarillamiento —característica similar a la deficiencia de nitrógeno—, un débil desarrollo de las plantas, estrés hídrico, achaparramiento y acame, son los principales efectos de la plaga sobre el cultivo, por lo que es común que los productores los confundan con otros síntomas y consideren que eliminando las malezas y fertilizando sus cultivos mejorarán, pero esta confusión podría ser muy costosa, porque si fertilizan no habría ningún efecto; al contrario, desperdiciarían recursos.
Ante este contexto, en el marco de MasAgro-Cultivos para México —iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) promueve diversas prácticas y tecnologías sustentables a fin de mitigar la incidencia de las plagas en la región.
La incorporación de materia orgánica al suelo mediante abonos naturales, rastrojos o cultivos de cobertura, por ejemplo, promueve el alojamiento de otros microorganismos u hongos que pueden depredar a las larvas de la gallina ciega. También es viable el trampeo de gallina ciega en estado adulto antes de la siembra (de abril a junio) o, en su caso, el uso de entomopatógenos, es decir, microorganismos capaces de causar enfermedades a los insectos plaga.
El manejo de las plagas de los cultivos demandan estrategias que involucren diferentes actores a nivel local y regional. Prácticas como las que promueve la AMDSL y el CIMMYT a través de MasAgro-Cultivos para México abren la posibilidad de desarrollar sistemas de combate y detección temprana o preventiva para evitar daños de alta magnitud y costos muy elevados para los agricultores.