Una serie de coincidencias llevó a Sylvanus Odjo a estudiar agronomía. Fue solo después de terminar sus estudios superiores que supo que su nombre significa ‘de los bosques y campos’ en latín.
Estimulado por la curiosidad sobre el mundo natural, pasó varios años trabajando en el Instituto Nacional de Agricultura en su natal Benín, antes de obtener su posgrado en Bélgica, donde desarrolló su interés en la investigación de cereales.
“Obviamente, en ese momento, sabía sobre los centros del CGIAR y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo”, explica. “Si estás trabajando en maíz, sabrás sobre el CIMMYT”.
Se unió a la organización como investigador postdoctoral en 2017 y actualmente trabaja como especialista en poscosecha. Odjo coordina una red de plataformas que evalúa y valida posibles soluciones y las transfiere a los agricultores de México y América Latina.
“Todos los proyectos en los que estoy trabajando actualmente tienen el mismo objetivo: encontrar formas de evitar y reducir las pérdidas posteriores a la cosecha”. Estas, estima Odjo, pueden alcanzar el 40% en algunas partes de México, con consecuencias dramáticas para los pequeños agricultores cuya seguridad alimentaria está directamente relacionada con la cantidad de grano que tienen. Además de ser los más propensos a verse afectados por los efectos del cambio climático.
“Mucha gente piensa que la poscosecha solo significa almacenamiento”, señala, “pero en realidad abarca todo, desde el momento de la cosecha e incluye procesos como el secado, el descascarado, las actividades técnicas y las actividades económicas”.
Odjo, especialista en secado, ahora trabaja en todo el sistema de poscosecha. Hay dos componentes centrales en su trabajo. El primero consiste en probar tecnologías de poscosecha para desarrollar recomendaciones para los agricultores, realizar ensayos bajo condiciones controladas en las estaciones de investigación del CIMMYT y con colaboradores locales en todo México y evaluar cómo funcionan las tecnologías de secado y almacenamiento bajo diferentes condiciones. El segundo, y quizás el más desafiante, es promover los éxitos, como las bolsas herméticas de almacenamiento de granos y proporcionar capacitación sobre cómo usarlas adecuadamente.
“Vemos muchas publicaciones que coinciden en que necesitamos promover las tecnologías herméticas, lo cual es cierto”. La pregunta, comenta Odjo, es cómo hacerlo. “¿Cómo podemos lograr que una solución esté disponible para los agricultores? Y una vez que eso ha sucedido, ¿cómo podemos convencerlos de que la usen? Esas son grandes preguntas que la gente hacía hace 50 años, pero todavía se están discutiendo en la actualidad”.
Encontrando respuestas a las grandes preguntas
“Las posibles soluciones suenan muy simples, pero cuando realmente intentas implementar estas cosas puede ser muy complejo”.
Odjo puede obtener una lista de intervenciones poscosecha que parecen sencillas en un inicio, pero fallan al momento de la implementación. Se les puede indicar a los agricultores que cosechen sus granos en un momento especifico, lo que puede resultar en un conflicto con el momento de una ceremonia tradicional importante y que no puede programarse de nuevo. En otros lugares, se les puede alentar a evitar la reducción de los niveles de humedad mediante la compra de una secadora, pero carecen de los recursos para hacerlo.
Gran parte del trabajo de Odjo implica realizar investigaciones sobre el proceso de transferencia de tecnología y la ampliación de las tecnologías de poscosecha, trabajando con una serie de proyectos en México para encontrar las formas más eficientes de capacitar a los agricultores y proporcionarles las herramientas que necesitan para utilizar prácticas mejoradas y tecnologías.
“Lo que estamos buscando es la tecnología adecuada para cada agricultor”, explica. “Porque las condiciones en las tierras altas de Guanajuato no son las mismas que en la costa de Yucatán, o en cualquiera de los otros lugares en los que trabajamos”. Se ha demostrado que la tecnología hermética es efectiva en la mayoría de las condiciones, pero la elección de usar silos herméticos, bolsas herméticas o un contenedor de almacenamiento depende en última instancia de las preferencias de los agricultores y las condiciones específicas en su área. “Notamos, por ejemplo, que en las tierras altas las plagas tienden a representar una amenaza menor para el grano almacenado, por lo que debemos usar una estrategia diferente a la que usaríamos al nivel del mar, donde la humedad puede aumentar significativamente el riesgo de que el grano se contamine.”
Odjo y su equipo también han señalado que, en México, aunque muchas actividades posteriores a la cosecha, como el descascarado, son dirigidas por mujeres, es más probable que los hombres asistan a capacitaciones agrícolas, lo que dificulta que se cumplan los objetivos demográficos. “El género se ha convertido en un parámetro clave que debemos tener en cuenta, por lo que estamos trabajando con un excelente especialista en género en el CIMMYT para encontrar formas de asegurar la transferencia de conocimientos y tecnologías de manera eficiente”.
Si bien puede ser un desafío coordinar con tantas partes interesadas diferentes, cada una con sus prioridades e intereses distintos, Odjo insiste en que la investigación poscosecha solo puede tener éxito cuando es totalmente interdisciplinaria y colaborativa. Aunque los agricultores son su audiencia principal, él y su equipo se aseguran de trabajar con agentes de extensión, actores gubernamentales, investigadores y profesionales del desarrollo para encontrar soluciones. “No puedo hacer nada solo, así que estoy abierto a la colaboración”, agrega. “Siempre necesitamos ideas frescas”.
Compartiendo conocimiento en 140 caracteres
Hasta hace muy poco, Odjo no estaba convencido de unirse a Twitter porque sentía que no tenía nada que compartir. Fue solo cuando sus colegas lo alentaron a usar las redes sociales como una plataforma para discutir temas de poscosecha cuando descubrió que la aplicación es una forma efectiva de compartir recomendaciones directamente con los agricultores y los proveedores de servicios agrícolas. “Uno de mis profesores solía decir que puedes entender algo si eres capaz de explicárselo a un niño pequeño. Si no tienes éxito, significa que no lo has entendido.”
“Eso se ha convertido en una parte de mi trabajo que realmente disfruto: descubrir cómo compartir investigaciones y resultados con diferentes audiencias de una manera simple”.
Su presencia en las redes sociales también ha resultado útil para conectarse con investigadores a nivel mundial. A fines de 2019, investigadores en Laos interesados en aprender sobre las tecnologías de poscosecha se comunicaron con Odjo, quien pudo hacer arreglos para que sus colegas viajaran al país y compartieran prácticas desarrolladas con agentes de extensión locales y herreros en México. ¿Y sabes cómo me encontraron? A través de mi cuenta de Twitter“.
En el futuro, Odjo espera extender el alcance de sus actividades más allá de América Latina y llevar a cabo un mayor intercambio de conocimientos en todo el mundo. “En la investigación, mucha gente está trabajando en los mismos temas, pero no siempre compartimos la información. Yo estoy abierto a compartir mi experiencia, porque estoy seguro de que puedo aprender mucho de otros, lo cual será útil para mi trabajo”.
Kenia, en particular, se destaca como un estudio de caso del que Odjo puede aprender, donde hay una alta incidencia de aflatoxinas en el maíz, una fuerte intervención del gobierno y una feroz competencia en el mercado entre los proveedores de bolsas herméticas permitiendo el escalamiento exitoso de las tecnologías poscosecha. “Sería genial poder analizar su proceso de escalamiento y aprender de él. No para replicarlo por completo, porque obviamente las condiciones no son las mismas, pero sin duda habrá lecciones que podemos tomar y aplicar aquí en México y América Latina”.