Lara Roeven completó su licenciatura en ciencias sociales en la Universidad de Ámsterdam en los Países Bajos, donde se centró principalmente en las ciencias políticas en un programa que combinaba esto con el estudio de la psicología, el derecho y la economía. “Me gustó mucho porque me dio una visión interdisciplinaria de cómo se manifiesta la injusticia social”.
Después de haber trabajado en cuestiones de género e inclusión social, Roeven ya había escuchado sobre el CGIAR y su cartera de investigación, pero fue la variedad interdisciplinar del enfoque del CIMMYT lo que la llevó a postularse a la organización al finalizar un programa de estudios en México. “Tenía un gran interés en la agricultura y siempre quise ver cómo las cuestiones de género e inclusión social afectan a las mujeres y a los grupos marginados en el contexto del cambio rural, ambiental o climático, por lo que este trabajo parecía el indicado”.
Desde que se unió a la unidad de investigación de Género e Inclusión Social del CIMMYT en enero de 2019, Roeven ha sido parte de un equipo de investigación que analiza las formas en que las normas y cuestiones de género influyen en la capacidad de los hombres, las mujeres y los jóvenes para aprender, acceder y adoptar innovaciones en la agricultura y el manejo de los recursos naturales.
Hasta ahora, Roeven ha apoyado principalmente el análisis de datos y ayuda en las revisiones de literatura. De manera simultánea y durante el año pasado, ha contribuido a varios estudios, desde la feminización de la agricultura en India hasta el cambio de las normas de género en Tanzania. “Es muy interesante porque se aprenden las particularidades de muchos países diferentes y la medida en que las normas de género pueden diferir e influir realmente en las oportunidades de las personas”.
En busca de matices
Muchas investigaciones siguen un patrón similar al destacar la relación entre el trabajo de las mujeres y el empoderamiento, pero las realidades sobre el terreno a menudo son más matizadas. En India, por ejemplo, las estructuras sociales bien establecidas agregan otra capa de complejidad a la dinámica de género. “Lo que me pareció interesante cuando comenzamos a analizar las formas en que el género y la casta se interrelacionan es que nada es sencillo”.
Las mujeres de las castas superiores pueden estar más aisladas que las mujeres de las más bajas, explica, para quienes puede ser más aceptable buscar trabajo remunerado fuera del hogar. Sin embargo, las mujeres de castas inferiores también experimentan con frecuencia altos niveles de pobreza y vulnerabilidad y se enfrentan a la exclusión social en otros ámbitos de la vida.
“Estas dinámicas son en realidad mucho más complicadas de lo que generalmente pensamos. Y es por eso que es tan interesante hacer este tipo de investigación comparativa donde puedes ver cómo estos problemas se manifiestan en diferentes áreas, y qué es lo que los investigadores o profesionales de desarrollo que trabajan en la zona deben tener en cuenta para abordar los problemas que enfrentan estas mujeres.”
Eventualmente, Roeven espera estudiar un doctorado y hacer carrera como académica, pero por ahora, le gusta trabajar en investigaciones que tienen mucho potencial de impacto. “Hay muchos estudios que muestran que las brechas de género deben ser cerradas para aumentar la seguridad alimentaria y eliminar el hambre”, comenta. “Siento que muchas intervenciones, servicios de extensión o capacitaciones no siempre tienen el efecto deseado porque no alcanzan de manera efectiva a las mujeres agricultoras o a los jóvenes. Ciertas personas son continuamente excluidas.”
Llevar a cabo este tipo de investigación es un paso importante en el trabajo para empoderar a las mujeres en todo el mundo y a Roeven le gustaría ver a más investigadores e investigadoras incorporando esto en su trabajo, y realmente tomando el género como un concepto relacional. “Podemos seguir realizando investigaciones dentro de la unidad de investigación de Género e Inclusión Social, pero sería interesante si nuestros enfoques pudieran integrarse también en otras áreas disciplinarias”.
Aunque puede no ser fácil, Roeven enfatiza que es necesario para tener un impacto y evitar que las innovaciones exacerben la desigualdad social y de género. “Además”, agrega, “creo que es genial cuando la investigación tiene relevancia social”.