El CIMMYT celebra el 60 aniversario del Colegio de Posgraduados y su papel crucial en la formación de especialistas que benefician y contribuyen a fortalecer la seguridad alimentaria del país.
Por: Hugo F. Castellano y Francisco Alarcón, Divulgación CIMMYT.
Texcoco, Edo. Méx.- Lograr la seguridad alimentaria y el bienestar de los productores en México demanda alianzas estratégicas entre instituciones que compartan el compromiso de servir a la sociedad con ciencia, tecnología e innovación. En una relación histórica, el Colegio de Postgraduados (Colpos) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han compartido objetivos, enfoques y metas para impulsar la investigación en torno a la sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios, el desarrollo rural y otros temas que hoy siguen siendo prioritarios y que nos permiten hacer frente a los retos del entorno global.
El 60 aniversario del Colegio de Posgraduados es una oportunidad para reconocer el importante papel que ha desempeñado esta institución en la formación de agentes de cambio que atienden las necesidades de los entornos rurales y agrícolas. Desde 1967, el CIMMYT y el Colpos suman esfuerzos y conocimiento para transformar las realidades del campo mexicano. En 2002 se fortalecieron estos vínculos y convenios con la firma de acuerdos para la realización conjunta de proyectos de investigación y generación de capacidades, la difusión de información sobre temas agrícolas y de sustentabilidad y la promoción del intercambio de estudiantes y personal científico y académico para aprovechar la infraestructura del CIMMYT, como el Banco de Germoplasma, que resguarda un invaluable potencial genético que puede brindar soluciones a los retos de la agenda 2030.
En abril de 2016, en el campus Montecillo se reunieron autoridades de ambas instituciones para fortalecer dicha relación a través de una colaboración para elaborar tesis de maestría y doctorado entre los estudiantes del Colpos y científicos del CIMMYT y trabajos de laboratorio y campo en instalaciones de ambas instituciones, así como para crear alianzas estratégicas de investigación que beneficien y contribuyan al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en México.
Por ello, y ante los retos que afrontan el campo mexicano y sus productores, celebramos y recordamos los esfuerzos que dieron origen a muchas de las estrategias de innovación agrícola que hoy favorecen el bienestar de los pequeños productores con acompañamiento técnico e información para favorecer la toma de mejores decisiones que deriven en la innovación. El primero de estos esfuerzos en común fue el proyecto Plan Puebla, desarrollado a fines de la década de 1960 en los municipios de San Martín Texmelucan, Cholula, Puebla y Amozoc en una superficie total de 116,000 hectáreas, con apoyo financiero y técnico del CIMMYT, en coordinación con el Colpos.
Años más tarde (1990) hubo un trabajo integrado de promoción de la labranza de conservación con estrategias y numerosos actores involucrados en la iniciativa (el Colpos; el CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias [INIFAP]; y el Instituto Tecnológico de la Chontalpa [Itech]). La colaboración dio nuevos frutos en ese mismo año, y el Colpos y el CIMMYT avanzaron con el Proyecto Manejo Sustentable de Laderas, el manejo del suelo y la labranza cero como alternativa válida y de innovación para el campo.
La actividad avanzó hacia otra estrategia de considerable impacto, el subproyecto del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), resultado de la colaboración de más de 30 años entre el Colpos y el INIFAP. Está basado en una tecnología para intensificar el paradigma de la agricultura convencional e incrementar significativamente el ingreso neto y el empleo familiar sin dejar de producir alimentos básicos y protegiendo el suelo contra la erosión sin eliminar su roturación, excepto en condiciones especiales, con interacción entre los cultivos componentes para lograr una mayor economía en el uso de los recursos naturales e incrementar la captura del carbono atmosférico.
A lo largo de esta rica historia de vinculación, hay testimonios que dan cuenta de su importancia y trascendencia. Joaquín Alfonso Macías Laylle, profesor e investigador del Colpos, tuvo en el CIMMYT su primera experiencia de trabajo en 1973 al finalizar sus estudios de Ingeniería Agronómica. Según su propio relato, Macías Laylle se incorporó al Proyecto Puebla, más tarde renombrado como Plan Puebla, desarrollado en conjunto entre el Colpos y el CIMMYT y orientado a trabajar sobre dos grandes temas: la escasez de alimentos y la necesidad de mejorar rendimientos. El gran logro de esta tarea fue llevar la investigación de los campos experimentales a las parcelas de los pequeños productores. Fue una iniciativa, una innovación y un logro que dio resultados positivos a los productores de escala más pequeña, mejorando sus condiciones de vida y de labor agrícola.
Otro testimonio es el de Enrique Becerril Román, secretario académico del Colpos, que enfatiza la importancia de la vinculación en el desarrollo rural y de los avances en la productividad. Y destaca la característica convergente de esta colaboración interinstitucional: ser una tarea que logre —según las palabras de Becerril Román— mejores resultados, con una mejora continua para los productores y para los sistemas agroalimentarios en México.
Ya es más de medio siglo de colaboración entre el CIMMYT y el Colpos, de enormes esfuerzos y testimonios que reflejan el éxito de unir empeños desde la investigación y la ciencia, que evoluciona constantemente, integrando innovaciones que permiten estar a la vanguardia en tecnología, ciencia, acompañamiento técnico, sistemas de datos para la innovación y estrategias que se configuran siempre con el objetivo central de impulsar el desarrollo de una agricultura diferente de México para el mundo, que sea capaz de brindar alternativas para contrarrestar los fenómenos sociales de la migración, la inseguridad y la desintegración social.
El CIMMYT celebra el aniversario de uno de sus grandes aliados en la tarea de lograr la autosuficiencia alimentaria y de abrir caminos para lograr mejores rendimientos, enfrentando retos como el cambio climático. Poder producir no sólo la cantidad, sino la calidad, y agregar valor nutricional son metas posibles cuando hay desarrollo del conocimiento práctico, académico y científico, y cuando existe la voluntad de integración y una visión conjunta.
Los grandes objetivos no se enfrentan de manera aislada. El ejemplo de cinco décadas de la vinculación Colpos-CIMMYT es la respuesta sólida y reconocible a los desafíos agroalimentarios del presente y de las décadas futuras.