El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) tiene como misión mejorar la vida de las personas en los países en vías de desarrollo a través de la ciencia aplicada a los sistemas agroalimentarios de maíz y trigo, esto incluye promover buenas prácticas poscosecha para reducir la merma de granos. Durante el periodo de almacenamiento de los granos, las pérdidas poscosecha alcanzan el 60% en las tierras bajas en México.
El CIMMYT, a través de los nodos de innovación en México y con un enfoque de pensamiento de diseño, busca responder a las necesidades de los agricultores promoviendo buenas prácticas poscosecha. En las comunidades rurales en las que se ha identificado —a través de un diagnóstico comunitario— que las pérdidas poscosecha son un problema crítico, se promovieron soluciones a través de la implementación de módulos y áreas de extensión utilizando prototipos y comparando las prácticas convencionales de los agricultores con al menos una innovación elegida por ellos. Este trabajo se hace en conjunto con la red de colaboradores locales del CIMMYT.
La red de actores en la poscosecha del CIMMYT —perteneciente a la red de colaboradores locales— es muy diversa y cuenta con técnicos; despachos de técnicos, como el despacho de Servicios Integrales de Asesoría Externa Profesional en Chiapas; organizaciones de productores, como los Citricultores Tihuatecos Asociados, SC de RL de CV en Veracruz; agencias desarrollo local, como el Fondo para la Paz en Oaxaca; instituciones educativas, como el Tecnológico de Monterrey, y de investigación, como el INIFAP; empresas privadas, como Ricinomex en Oaxaca; y proveedores de tecnologías, especialmente proveedores de tecnologías poscosecha como GrainPro o TIMS, un proveedor de silos metálicos herméticos.
El CIMMYT colabora también con programas de desarrollo rural a nivel de municipio, estado y federal. La alianza con estos actores es importante ya que se basa en las áreas de intervención y cuentan con un conocimiento amplio de las condiciones locales. La ejecución y motivación de estos objetivos ha sido posible gracias a la gestión y esfuerzos realizados de manera regional por cada nodo de innovación. Esta vinculación está jugando un rol clave en la promoción de las buenas prácticas poscosecha, particularmente durante la pandemia del COVID-19.
Las medidas que se han tomado durante la pandemia —como las restricciones de movilidad— han impactado directamente a los pequeños productores y han complicado el seguimiento de las comunidades rurales, especialmente de aquellas en áreas remotas.
Los agricultores generalmente tienen una necesidad urgente de apoyo técnico en algunas actividades clave del sistema poscosecha, por ejemplo, para evitar pérdidas durante la cosecha o justo antes del almacenamiento. La red de colaboradores locales del CIMMYT ayuda a limitar estos efectos. Como viven cerca de los productores, los colaboradores realizan el seguimiento respectando las medidas sanitarias, lo cual permite la continuidad de la difusión de las tecnologías poscosecha como las tecnologías herméticas o la aplicación del método del sol y de la sal para medir la humedad del grano.
Una de las consecuencias de la crisis del COVID-19 es la disrupción de la cadena de suministro de tecnologías poscosecha. Los colaboradores participan en esta cadena de suministro beneficiando a agricultores de áreas rurales remotas. Se hace hincapié en los contendores reciclados que se pueden usar herméticamente —incluidos barriles de plástico, botellas de plástico, garrafones de PET— y los polvos inertes a los que se puede acceder de manera local.
Los colaboradores también dan seguimiento a las actividades poscosecha de los agricultores rurales a través de llamadas telefónicas. Sin embargo, no todas las comunidades y agricultores tienen acceso a servicios digitales como un teléfono inteligente o una cobertura de red, y la alfabetización digital sigue siendo un problema importante en algunas zonas rurales. Para superar este problema, sería interesante promover el trabajo en red entre las comunidades rurales enfocándose en líderes comunitarios para facilitar la ayuda mutua entre las comunidades rurales geográficamente cercanas.
Por otro lado, los colaboradores han sido motivados y escuchados a través de eventos en línea como conversatorios, foros y reuniones para comunicar la importancia de su papel en los sistemas de producción tradicional y para encontrar nuevas y eficientes formas de interacción con los agricultores durante la pandemia.
La red de colaboradores locales del CIMMYT ha sido clave para continuar con el acompañamiento técnico a los pequeños productores. Es necesario seguir fortaleciendo esta red desarrollando sus capacidades y manteniendo una vinculación activa para seguir contribuyendo en la minimización de las pérdidas poscosecha.