Anurandha Dhar
Las políticas destinadas a promover el crecimiento de la industria del maíz requieren datos e información, elementos que es difícil obtener en los países asiáticos. Éste fue un tema de discusión durante la sesión técnica sobre cómo aumentar la productividad de los sistemas de cultivo de maíz en Asia de la 12a Conferencia de Maíz.
En la conferencia se destacó la necesidad de que los sectores público y privado trabajen de manera coordinada a fin de generar variedades y tecnologías nuevas de precio accesible para los agricultores de pequeña escala. Un destacado grupo de panelistas formado por Arvind Kumar de Rasi Seeds; Shilpa Divekar Nirula de Monsanto; Fan Xingming de la Academia de Ciencias Agrícola de Yunnan, China; John McMurdy de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional; y Bijendra Pal de Bioseed, dialogaron en torno a las oportunidades y desafíos que existen para crear e impulsar el sector de la semilla en Asia mediante iniciativas de colaboración del sector público-privado.
David Spielman, investigador sénior del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), hizo hincapié en que con frecuencia los diseñadores de políticas tienen que lidiar con grandes desafíos al promover el crecimiento de la industria semillera —sobre todo en los países asiáticos donde hay más agricultores de pequeña escala y muy bajos recursos. Al respecto opinó: “Para formular políticas destinadas a la innovación se necesitan investigación de mercado e inversión para el desarrollo; los inventarios de productos y las políticas competitivas requieren datos de la estructura de mercados y del comportamiento de las empresas”.
No es común que las empresas den a conocer información sobre sus ingresos y quizá el gobierno no hace un monitoreo constante de las actividades de éstas. Uno de los factores podría ser que los diseñadores de políticas no están lo suficientemente informados de las oportunidades y ventajas y desventajas relacionadas con la formulación de leyes y normas que permitan una buena gestión del desarrollo de la industria semillera. Spielman hizo énfasis en que, si se hace un buen diseño de los conjuntos de datos, con una serie de indicadores finitos para medir la competencia y la innovación, la industria semillera nacional podrá ofrecer información más precisa a los diseñadores de políticas.
Los integrantes del panel señalaron que quienes toman las decisiones no deben hacer distinciones entre público y privado, sino aprender de los modelos y las mejores prácticas en que los dos sectores han trabajado de manera coordinada y han logrado buenos resultados.
Respecto a la mejor práctica de las iniciativas de colaboración del sector público-privado, Ian Barker, jefe de alianzas del sector agrícola de la Fundación Syngenta para la Agricultura Sustentable (SFSA), habló de su programa Seeds2B en África, que establece una conexión entre fitomejoradores y empresas semilleras de manera que produzcan más variedades mejoradas para los agricultores en el momento correcto y al precio correcto.
Resaltó también que SFSA está planeando el lanzamiento del concepto Seed2B en Asia. En esta iniciativa participarán fitomejoradores, compañías semilleras, asociaciones de agricultores y otros actores relevantes en la cadena de valor del maíz de la región. “Mediante la colaboración en materia de fitomejoramiento del sector público-privado se producirán híbridos de maíz, que se distribuirán de manera eficiente y a bajo costo. Estos materiales se colocarán y distribuirán correctamente con base en la demanda que generen los agricultores”, dijo.
David Spielman, investigador sénior del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), destaca la importancia de las políticas innovadoras. Foto cortesía de APAARI.