Por Tony Fischer (científico honorario de CSIRO Plant Industry, Canberra, ACT, Australia),
Derek Byerlee (investigador independiente, Washington, DC, EE UU) y
Greg Edmeades (consultor independiente, Cambridge, Nueva Zelanda)
Monografía No. 158 (2014) del Centro Australiano de Investigación Agrícola Internacional (ACIAR)
En el libro Crop Yields and Global Food Security: WIll Yield Increase Continue to Feed the World?, escrito por tres exinvestigadores del CIMMYT y cuya presentación oficial se realizó durante Conferencia Borlaug sobre el Trigo en la Seguridad Alimentaria, los autores concluyen que la intensificación sustentable de la agricultura puede producir alimentos suficientes para satisfacer la demanda de la creciente población mundial en 2050. Para alcanzar esta meta se necesitan grandes iniciativas e inversión en investigación agrícola, desarrollo y extensión, sobre todo en el mundo en desarrollo. Además, el incremento que la aplicación —aunque de manera eficiente (e.d., que no causa daños al medioambiente— de insumos plantea un reto para científicos y agricultores por igual, en particular en zonas de alto potencial y grandes recursos. Los autores se enfocan en los principales cereales, maíz, arroz, soya y trigo, y mencionan brevemente otros 20 cultivos. Consideran que existe potencial sobre todo en África subsahariana, donde la intensificación está apenas comenzando y hay grandes posibilidades de cerrar la “brecha del rendimiento” —la diferencia entre los rendimientos en las parcelas de los agricultores y las de las estaciones experimentales.
Los tres autores coincidieron en el CIMMYT a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, y después continuaron cada uno su eminente carrera en investigación agrícola para el desarrollo. Byerlee fue director del Programa de Economía y posteriormente líder del equipo del Banco Mundial que produjo el Informe Mundial de Desarrollo 2008 Agriculture for Development. Edmeades coordinó el programa de fisiología de maíz y, en particular, los estudios sobre tolerancia la escasez de nitrógeno y sequía cuyos principios se aplicaron en el desarrollo de variedades de maíz que beneficiaron a cerca de tres millones de familias campesinas en el África subsahariana. El fisiólogo Tony Fischer fue director del Programa Global de Trigo y posteriormente gerente de programa de cultivos y suelos del ACIAR, en Canberra, Australia. Sus publicaciones han sido citadas en numerosas ocasiones y ha recibido varios premios a la ciencia y el desarrollo; en 2007 fue designado miembro de la Orden de Australia.
Si quiere descargar el libro o pedir copias, haga clic aquí.