Anuradha Dhar
Mujeres agricultoras de poblados del estado de Odisha, en la costa este de la India, aumentan el rendimiento de sus cultivos gracias a la capacitación y apoyo del proyecto denominado Iniciativa para la Producción de Cereales para el Sur de Asia (CSISA) y de funcionarios a cargo del programa estatal de agricultura.
Badbil Rengalshahi es un poblado rural del distrito de Mayurbhanj, estado de Odisha, con altos índices de pobreza y analfabetismo. Su población está formada por 40 familias tribales que, en su mayoría, viven de la agricultura. Siembran variedades locales de maíz en huertos caseros. De su producción, venden una parte en el mercado cuando la mazorca no ha madurado (elotes) y el resto lo utilizan para consumo doméstico. Los rendimientos suelen ser bajos porque los agricultores siguen sembrando antiguas variedades y aplicando prácticas agronómicas tradicionales, y porque no disponen de información, sobre todo para el control de malezas y el manejo de nutrientes.
Sin embargo, es probable que su situación mejore dentro de poco, gracias a los grupos de autoayuda formados por mujeres, como el de Johar Jaher Ayo. Las cosas empezaron a cambiar cuando un grupo de investigadores de CSISA y funcionarios del programa estatal de agricultura se reunieron con 11 mujeres del grupo de Johar, que habían escuchado sobre nuevas tecnologías y variedades mejoradas. “Al principio, las mujeres no estaban muy convencidas de sembrar maíz aplicando estos métodos nuevos. Sin embargo, después de que les explicaron cuáles son los beneficios que generan dichos métodos, decidieron sembrar una parcela de ensayo colectiva de una hectárea en un terreno sin cultivar“, relata Nabakishore Parida, especialista en sistemas de producción agrícola de CSISA.
Las agricultoras compraron semilla de híbridos y fertilizante, con dinero de un fondo colectivo de la Sociedad Cooperativa del gobierno de Odisha y contrataron tractores para preparar el terreno. Integrantes del grupo de trabajo de CSISA les facilitaron una sembradora multicultivos equipada con un dispositivo inclinado que distribuye de manera uniforme la semilla. La sembradora ayuda a lograr un buen establecimiento de plantas y aumenta la eficiencia del uso de fertilizantes, porque va colocando la semilla en hileras, mantiene la precisión de la profundidad y separación de la semilla y deposita el fertilizante debajo de ésta. “Las agricultoras no suelen recibir la información que necesitan en el momento en que la necesitan“, dice Parida. CSISA las instruyó en el uso de prácticas agronómicas adecuadas, como el manejo de nutrientes y el control oportuno de malezas.” Las agricultoras están encantadas con los resultados. Su producción casi se duplicó este año en comparación con el año pasado. “El trabajo rudo que hacemos las mujeres ahora es menos gracias a las sembradoras. Asimismo, como nosotras somos quienes nos ocupamos del campo, invertíamos mucho de nuestro tiempo en sembrar y abonar la tierra”, señala Kuni Murmu, presidenta del grupo de Johar.
Además de que destinaron 10 quintales de elotes para sus familiares y parientes, obtuvieron una ganancia neta de 16,400 rupias por la venta del excedente de elotes y grano. Hasta regalaron elotes a sus vecinos. Lo más importante es que las mujeres pudieron dar alimentos nutritivos a sus hijos durante la época de escasez, de agosto a octubre.
Tres mujeres del grupo del poblado de Matiagarh, de Mayurbhanj, ya practican el cultivo colectivo de maíz con apoyo de CSISA. Rentaron, limpiaron y acondicionaron un terreno de una hectárea donde solo crecían arbustos y sembraron maíz con un implemento que les facilitó CSISA. También se sembraron ensayos de manejo de nutrientes, para que los agricultores de la localidad se convenzan de la importancia de hacer un buen manejo de estos elementos y de los beneficios de balancear las dosis de fertilizante.
“Con la siembra en hileras, utilizando la sembradora, hemos bajado nuestros costos y podremos sembrar superficies más grandes en poco tiempo”, dijo Babirani Sethi del grupo Swarnalaxmi. Con la buena cosecha de este año, los grupos de Swarnlaxmi, Dhabaleswari y Mangala obtuvieron ganancias por 167 dólares con la siembra de 0.4 hectáreas; 400 dólares de 1 hectárea; y 242 dólares por la siembra de 0.8 hectáreas, respectivamente.