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El poder de la tierra en manos de una mujer que transforma su comunidad

Leticia García Martínez, productora de San Isidro Limón, desafía la tradición y lidera la transformación del campo con innovación y sostenibilidad.

Leticia García Martínez, productora de San Isidro Limón, cosecha el fruto de su esfuerzo y dedicación en el campo. (Foto: Sarah Martínez/CIMMYT)
Leticia García Martínez, productora de San Isidro Limón, cosecha el fruto de su esfuerzo y dedicación en el campo. (Foto: Sarah Martínez/CIMMYT)

A tan solo 224 metros sobre el nivel del mar, en una pequeña localidad de San Pedro Pochutla (Oaxaca), llamada San Isidro Limón, una mujer desafía la tradición y agarra las riendas del campo con determinación. Leticia García Martínez no es solo una productora; es una líder que, con su esfuerzo y visión, transforma la agricultura de su comunidad día con día. Desde la tierra que le alquiló a su compadre, ha convertido la siembra en un camino de aprendizaje y superación, logrando mejorar sus cosechas y demostrar que el conocimiento es clave para el progreso.

Su historia en el campo está marcada por la influencia de su padre de crianza, Don Tacho, y su hermano Álvaro, quienes la impulsaron a innovar. Antes, sus cosechas apenas alcanzaban los 500 kilos, una cantidad insuficiente para garantizar estabilidad. Hoy, tras aplicar nuevas técnicas, reducir el uso de químicos y adoptar prácticas más sostenibles, ha logrado producir hasta cinco toneladas y media. “Antes mezclábamos los químicos sin saber el daño que causaban. Ahora entendemos cómo cuidar la tierra y mejorar la producción”, explica Leticia con orgullo.

Aunque su esposo es quien trabaja directamente en el campo, ella toma las decisiones clave. Organiza, supervisa y aplica los conocimientos adquiridos de los técnicos, asegurándose de que cada acción beneficie tanto a la producción como al medio ambiente. Su liderazgo no solo impacta en su parcela, sino en su comunidad, donde su ejemplo motiva a otras mujeres a involucrarse en la agricultura y adoptar un rol más activo en la toma de decisiones.

Pero su papel va más allá de la parcela: también siembra semillas de futuro en su hija. “Quiero que mi hija aprenda a trabajar la tierra y a ser independiente”, dice con firmeza. Para Leticia, la educación y el compromiso con el campo son fundamentales para que las nuevas generaciones valoren y continúen con esta labor esencial. Su hijo, aunque prefiere otras ocupaciones, reconoce la importancia de apoyar el trabajo familiar, especialmente en épocas clave como la siembra y la cosecha.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la historia de Leticia resalta la fuerza y determinación de las mujeres en la agricultura. En un entorno donde el liderazgo femenino en el campo aún es mínimo, Leticia es un ejemplo de que la agricultura no es solo un legado, sino una herramienta de empoderamiento. Su mensaje es directo: el campo es un trabajo digno, valioso y lleno de oportunidades para quienes se atreven a transformarlo. El testimonio de Leticia demuestra que el conocimiento, la innovación y el trabajo en equipo pueden marcar la diferencia, y así asegurar un futuro más sostenible para la agricultura y para su comunidad.

Estas actividades son derivadas del trabajo del Hub Pacífico Sur del CIMMYT en Oaxaca.