Benín es un país de África Occidental con población de más de 13 millones de habitantes y una economía fuertemente vinculada a la agricultura, donde el maíz es uno de los cultivos más importantes. A pesar de su riqueza agrícola, Benín enfrenta desafíos en la poscosecha de este cultivo, con altas pérdidas de granos debido a métodos convencionales de almacenamiento y la presencia de plagas.
A más de 10 mil kilómetros de este país africano, específicamente en Texcoco, Estado de México, un científico beninés estudia, valida y promueve tecnologías poscosecha que hoy benefician a miles de personas en todo el mundo. Se trata de Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha del CIMMYT.
Uno de los principales enfoques de Sylvanus es la investigación y promoción de tecnologías herméticas de almacenamiento, como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas que han demostrado ser efectivas para reducir pérdidas de granos durante el almacenamiento. Estas innovaciones son cruciales en regiones donde las pérdidas poscosecha, como en las zonas tropicales, pueden alcanzar hasta un 40%, afectando directamente la disponibilidad de alimentos y la economía de los pequeños productores.
La experiencia de Odjo en México ha sido fundamental para adaptar y transferir soluciones efectivas en el Sur-Sureste de México, pero también en otras latitudes. De hecho, se mantiene en constante actividad con la comunidad científica internacional, incluyendo la de su país natal. Recientemente, por ejemplo, participó en un estudio sobre métodos de almacenamiento de maíz en Benín, identificando oportunidades para la difusión de soluciones poscosecha que mejoren la calidad de vida de las comunidades locales.
De acuerdo con la investigación, en Benín, la mayoría de los agricultores almacenan su maíz en graneros cuyas características estructurales y métodos de conservación influyen en la magnitud de las pérdidas. Al analizar la diversidad y eficiencia de estos graneros en cinco zonas agroecológicas del país, se identificaron seis tipos principales, hechos de materiales vegetales o arcilla. “Los resultados mostraron que los métodos de almacenamiento varían según la región y el grupo étnico, y que los graneros en el sur del país son más propensos a las pérdidas que los del norte. Además, factores como el nivel educativo de los agricultores y el tipo de conservación empleado inciden en la cantidad de grano perdido”, señala el documento.
Ante este panorama, reducir las pérdidas poscosecha en Benín es clave para garantizar la seguridad alimentaria y disminuir la dependencia de importaciones. La falta de acceso a innovaciones en almacenamiento agrava el problema, por lo que la implementación de tecnologías herméticas y la mejora de la infraestructura de almacenamiento pueden ser soluciones viables para minimizar las pérdidas y mejorar los medios de vida de las comunidades rurales.
Las pérdidas de granos durante la poscosecha es un desafío mundial y los productores, que sea en el Sur de México o el centro de Benín, enfrentan desafíos similares. Nuestra labor implicar implica encontrar soluciones adaptadas a cada contexto; pero lo bueno es que podemos aprender de las experiencias de otro lado para mitigar las pérdidas poscosecha; lo que permite aportar valiosas ideas sobre las mejores prácticas y las estrategias de éxito que se puede adaptar en otros contextos.
Sylvanus Odjo, formado académicamente en Benín y Bélgica, llegó a México en 2017, uniéndose al equipo del CIMMYT como investigador postdoctoral y, actualmente, impulsa y coordina investigación en poscosecha tanto en México, como en Centroamérica y África, trabajando con decenas de colaboradores para llenar brechas de investigación y proporcionar recomendaciones clave a agricultores, el sector privado, gobiernos y ONG.
El CIMMYT, como organismo de investigación científica internacional, desempeña un papel esencial en la promoción de la investigación colaborativa en beneficio de toda la humanidad. A través de especialistas como Sylvanus Odjo, se fortalecen los lazos entre sociedades, demostrando que la innovación agrícola y la cooperación global son fundamentales para enfrentar los desafíos de la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.