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Alianzas que transforman el campo

Desde el norte hasta el sur del país, esta metodología fomenta la interacción entre agroindustria, organizaciones locales y productores, articulando esfuerzos en favor de sistemas agroalimentarios más sostenibles.

Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

En México, la agricultura enfrenta retos diversos que varían de acuerdo con las características agroecológicas y socioeconómicas de cada región. Para abordar estas diferencias de manera efectiva, el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado una metodología que fomenta la colaboración entre múltiples actores: los hubs o nodos de innovación. Estos espacios integran a productores, agroindustria, organizaciones locales, investigadores y autoridades para impulsar soluciones adaptadas a las necesidades de cada región, fortaleciendo los sistemas agroalimentarios y promoviendo prácticas sustentables.

En regiones agrícolas como Sinaloa, los hubs han permitido establecer alianzas estratégicas que vinculan a la agroindustria con la agricultura sostenible. Un ejemplo destacado es la colaboración entre SAFINSA, Grupo Bimbo y el CIMMYT, quienes trabajan para fomentar un abastecimiento responsable de trigo mediante la adopción de prácticas sustentables que garantizan la conservación de recursos naturales y el bienestar de los productores. Estas sinergias no solo impulsan la producción sostenible, sino que también consolidan cadenas de valor más justas y resilientes.

De forma similar, el Hub Bajío se ha convertido en un catalizador de iniciativas que impulsan la alta productividad con sustentabilidad. Proyectos como Abastecimiento Responsable con Kellanova y Cultivando un México Mejor con HEINEKEN México ilustran esta articulación de esfuerzos, cuyo impacto se mide no solo en términos de productividad, sino también en la capacidad de los productores para acceder a mercados que valoran las prácticas responsables, una transformación que refuerza el liderazgo de México en la producción agroindustrial sostenible.

En el sursureste del país, donde predominan los sistemas agrícolas de autoconsumo y los desafíos socioeconómicos son más marcados, los hubs han centrado su labor en promover la autosuficiencia alimentaria y reducir pérdidas poscosecha. El Hub Pacífico Sur, por ejemplo, ha entablado alianza con la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) para capacitar a técnicos que están llevando innovaciones sustentables a las comunidades a fin de garantizar la seguridad alimentaria y un abasto seguro de maíz.

En el otro extremo del país, el Hub Península de Yucatán trabaja en conjunto con el Gobierno de Quintana Roo para impulsar un enfoque integral de la producción de maíz y vitalización del sistema de la milpa maya, con atención para inclusión financiera y un enfoque de género.

También en el sursureste destaca un ejemplo emblemático de los frutos de las alianzas estratégicas que se incuban con los hubs. Se trata de la red de herreros que fabrica y distribuye silos metálicos herméticos diseñados por el CIMMYT y colaboradores, los cuales permiten a las comunidades conservar sus granos por más tiempo sin necesidad de sustancias químicas, minimizando las pérdidas y mejorando la seguridad alimentaria.

Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche, comparte su experiencia al ser uno de los agricultores vinculados al Hub Península de Yucatán: “Antes cosechábamos 700 u 800 kilos por hectárea. Ahora estamos obteniendo entre dos y dos toneladas y media porque aprendimos a manejar el rastrojo, fertilizantes orgánicos, controlar plagas con trampas y conservar la cosecha en silos herméticos. Al principio era el único en mi comunidad que participaba, pero ahora más compañeros se han sumado al ver los resultados”.

Además, Reynaldo enfatiza cómo el trabajo con el Hub ha cambiado su visión sobre el cultivo y manejo de alimentos: “Llegué al Hub por Promaya, una organización que colabora con el Hub. Me invitaron a un taller sobre el manejo de semillas, y participé en varias prácticas y ahorita ya somos más los que nos hemos sumado”.

La articulación entre actores locales como Promaya, extensionistas y el CIMMYT ha sido clave para multiplicar estos impactos, mostrando cómo la innovación tecnológica puede mejorar vidas y fortalecer comunidades. Como dice Reynaldo, la unión hace la fuerza.

De acuerdo con Bram Govaerts, director general del CIMMYT, la metodología del hub permite conectar el conocimiento científico con las necesidades reales de los productores. Al respecto, destaca: “Los hubs aseguran que no exista una desconexión entre la ciencia y el extensionismo, creando redes de conocimiento que garantizan que la innovación llegue al productor. Además, utilizamos la retroalimentación de los productores para mejorar continuamente nuestras propuestas”.

Desde el norte hasta el sur del país, esta metodología fomenta la interacción entre agroindustria, organizaciones locales y productores, articulando esfuerzos en favor de sistemas agroalimentarios más sostenibles. Ya sea promoviendo cadenas de valor responsables o garantizando la seguridad alimentaria, los hubs son una herramienta transformadora que permite a México enfrentar los retos del presente con miras a un futuro más resiliente.