En el panorama agrícola mundial, la diversidad de cultivos ha disminuido drásticamente. De acuerdo con la ONU, solo nueve representan el 66% del total de la producción agrícola. Esto implica una pérdida de alrededor del 75% de la diversidad de cultivos. En este contexto, los cultivos alternativos se presentan como una solución viable y necesaria para mejorar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de las familias agricultoras de pequeña escala.
Los cultivos alternativos ofrecen múltiples beneficios. No solo mejoran la seguridad alimentaria, sino que también optimizan los sistemas de producción tanto agronómica como económicamente, ya que diversificar cultivos ayuda a mejorar las características del suelo y permite las fuentes de ingreso al vender los excedentes de una mayor variedad de cultivos.
La agricultura de conservación, un sistema de producción sustentable que promueve la diversificación de cultivos, es una alternativa viable para las familias dedicadas a la agricultura de pequeña escala. En combinación con otras prácticas derivadas de este sistema, la diversificación de cultivos ayuda a controlar malezas y permite que los suelos estén en un mejor estado general porque ayuda a reponer las capacidades del suelo en medida que cada cultivo tiene necesidades y aportaciones de nutrientes diferentes (por ejemplo, las leguminosas ayudan a reponer los niveles de nitrógeno del suelo).
Diversificar cultivos (a través de rotaciones, asociaciones o relevos) permite también romper con los ciclos de diversas plagas y enfermedades. Ya que cada plaga tiene hábitos o un comportamiento específico asociado a un cultivo particular, al variar los cultivos estos ciclos pueden romperse. Adicionalmente, algunos cultivos tienen propiedades agronómicas particulares que resultan útiles en ciertos contextos. Un buen ejemplo es el girasol, el cual ayuda a descompactar el suelo gracias a sus raíces pivotantes.
En el plano de la comercialización y la seguridad alimentaria la diversificación de cultivos también tiene beneficios, ya que incrementa la variedad de las dietas de las familias productoras, o bien, contribuye a tener una producción adicional en distintos momentos.
Todos estos componentes trabajan en conjunto para mejorar la salud del suelo. En este sentido, el CIMMYT y sus colaboradores han validado varios cultivos alternativos que pueden ser cultivados en el sur y sureste de México. Estos, son 10 cultivos alternativos con características destacadas:
La diversificación de cultivos es esencial para la sostenibilidad y la resiliencia de las familias agricultoras de pequeña escala. Los cultivos alternativos validados por el CIMMYT y sus colaboradores no solo mejoran la seguridad alimentaria, sino que también promueven una agricultura más sostenible y resiliente. Adoptar estos cultivos puede transformar la vida de los pequeños productores en el sur y sureste de México, ayudándoles a enfrentar los desafíos agronómicos y económicos de manera efectiva.