Desde joven, Óscar había mostrado un gran interés por la tecnología y la ingeniería, y tras graduarse de la universidad, comenzó su carrera en la industria manufacturera. Durante dos décadas trabajó en diversas empresas y, aunque disfrutaba su trabajo y tenía un éxito innegable, siempre sintió una conexión especial con la tierra y la agricultura.
La historia de Óscar está fuertemente ligada a las parcelas de su padre en una región altamente productiva de Salamanca, Guanajuato. “Mi padre fue un agricultor apasionado toda su vida y me enseñó las técnicas de labranza de suelo desde que era un niño. Juntos, cultivamos maíz, frijoles, hortalizas y muchas otras cosechas”, relata Óscar, rememorando que las horas que pasó en el campo con su padre son algunos de los momentos más felices que tengo de su infancia.
A medida que Óscar se sumergía en su carrera en la industria, su tiempo en las parcelas familiares se reducía cada vez más. Sin embargo, nunca dejó de pensar en ese lugar y en la sensación de paz y plenitud que experimentaba allí.
Un día, mientras visitaba a su padre, Óscar se encontró frente a un dilema. “Mi padre estaba envejeciendo y ya no podía cuidar las parcelas como antes. Las tierras estaban descuidadas y necesitaban atención urgente. Supe que debía tomar una decisión importante y elegir continuar con mi carrera en la industria o regresar a las raíces y revivir las parcelas de mi padre”.
Tras noches de reflexión y conversaciones con su familia, Óscar decidió dejar su exitosa carrera en la industria y dedicarse a la agricultura en las parcelas de su padre. Sabía que sería un desafío, pero también sentía que era el camino que debía seguir.
“Con el mismo enfoque que había aplicado en la industria, comencé a revitalizar las parcelas. Implementé técnicas modernas de agricultura y sistemas de riego eficientes”, cuenta, relatando que también se dedicó a la investigación de prácticas agrícolas sustentables y orgánicas, a fin de ejercer una agricultura más respetuosa del medioambiente.
“Los primeros años fueron difíciles”, pero Óscar nunca se rindió y, a medida que las parcelas cobraban vida nuevamente, comenzó a producir cosechas de alta calidad que atrajeron la atención de los mercados locales. Su compromiso con la agricultura sustentable y su amor por la tierra se convirtieron en su sello distintivo.
Con el tiempo, Óscar no solo restauró las parcelas de su padre, sino que las expandió y modernizó. Desde entonces, es un defensor apasionado de la agricultura responsable y actualmente promueve prácticas sostenibles en toda la región en el marco de proyectos como Agriba Sustentable (una alianza estratégica entre Pepsico, Grupo Trimex y CIMMYT), en el que participa con la satisfacción de compartir con la sociedad la profunda satisfacción que experimenta en su nueva vida como agricultor, con la que descubrió que la conexión con la tierra y la herencia de su padre le brindan una riqueza y plenitud sin par.