Brenna Goth
El tema del taller que Jelle Van Loon imparte en el campo en El Batán es la experimentación. Este ingeniero belga que trabaja en el CIMMYT está fabricando herramientas eficientes y económicamente accesibles para los pequeños productores mexicanos, utilizando tecnología innovadora o adaptando las que ya existen. El ingeniero Van Loon es líder de mecanización inteligente del Programa de Agricultura de Conservación en México y trabaja en el componente “Desarrollo sustentable con el productor” de la iniciativa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro). MasAgro se enfoca en implementar prácticas agronómicas sustentables y tecnologías nuevas a fin de ayudar a los productores a incrementar sus rendimientos de maíz y de trigo.
Van Loon y su equipo de trabajo diseñan y fabrican máquinas específicamente para los pequeños productores mexicanos. “A los tractores de dos ruedas le ponemos tolvas para fertilizante y semillas, modificamos sembradoras manuales provenientes de China o Brasil, o adaptamos una máquina para que pueda sembrar granos grandes y pequeños”, comenta Van Loon mientras observa el prototipo de una pala que tiene cajones para la semilla y el fertilizante. Otra de las herramientas que su equipo está adaptando es una sembradora manual que deposita fertilizante y semilla, y que apareció, junto con Van Loon, en un reportaje de Voice of America el mes pasado.
Van Loon llegó al CIMMYT en octubre de 2012, tiene títulos en agronomía e ingeniería, y ha trabajado en muchas partes de Latinoamérica. Según dice, el desarrollo agrícola “lo traigo en la sangre”, ya que su abuelo era agricultor y sus padres trabajaron en el Congo. Era adolescente la primera vez que llegó a Latinoamérica, específicamente a Honduras, como parte de un programa de intercambio. “Me quedé allí mucho más tiempo del programado”, relata Van Loon, quien también realizó investigación en el Perú mientras trabajaba en su maestría.
Lo que lo motivó a solicitar el puesto que hoy ocupa en el CIMMYT, fue la oportunidad de regresar a sus “raíces latinoamericanas”. Aprendió a manejar un tractor cuando tenía 10 años y a reparar motocicletas a los 16, todo lo cual le ha permitido aprender con rapidez lo necesario para desempeñar su puesto actual. Según dijo, “estoy muy familiarizado con las máquinas y la mecánica no es problema”.
Muchas de las máquinas que Van Loon y su equipo adaptan ya son utilizadas en otras partes del mundo, pero las pequeñas modificaciones y añadiduras que les hacen las vuelven más aptas para su uso en México y para utilizarlas en muchos cultivos. Por ejemplo, si le agregan una bomba de agua a un tractor o fabrican una variedad de discos para el arado, estas máquinas se vuelven más eficientes. “Es posible realizar una gran diversidad de actividades con una sola máquina”, comenta Van Loon.
Para diseñar las herramientas nuevas utilizan SolidWorks, un programa computarizado de modelaje en 3D. Posteriormente las herramientas son evaluadas en el campo para ver si funcionan bien en las condiciones locales. El equipo trabaja con herreros de cada zona a fin de que las máquinas puedan ser fabricadas y reparadas localmente. Durante todo el proceso de fabricación, Van Loon se mantiene en contacto con los productores que se beneficiarán con su trabajo. “Vemos lo que quieren lograr y lo alineamos con los principios de la agricultura de conservación”, dice.
Su equipo produce volantes con información sobre las herramientas y también planos que cualquier persona puede bajar del internet e imprimir, con el fin de que estas innovaciones sean fáciles de obtener. Van Loon dice que la mitad de su tiempo lo pasa en la oficina y la otra mitad en el campo. MasAgro tiene nodos (hubs) por todo México, por lo cual a veces ha viajado en su moto hasta Ciudad Obregón, Sonora. También describe su trabajo a los visitantes, quienes pueden observar las máquinas mejoradas en un hangar en El Batán.
Según dice Van Loon, se requiere colaboración para ayudar a los productores a mejorar sus rendimientos de maíz y trigo. Su equipo se enfoca en las últimas dos terceras partes de la ecuación “buena semilla, buena herramienta y buenas prácticas” que los productores deben aplicar para poder lograr una buena producción. “Queremos crear un pequeño productor inteligente”, comenta Van Loon.