Mi nombre es Guillermo Morales Mandujano de la localidad La Esperanza, en La Trinitaria, Chiapas (México) y quiero compartir mi experiencia en el uso de la variedad de frijol Sangre Maya a la cual tuve acceso a través de un proyecto con Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche—.
En el año 2021 la ingeniera María Isabel González Grajales, colaboradora del CIMMYT, nos invitó al proyecto. Nos reunimos 35 personas interesadas y nos explicó los beneficios de la producción sustentable con la puesta en práctica de diversas técnicas, entre ellas la diversificación de cultivos y también temas de asociatividad. Gracias a esto hemos aprendido a trabajar unidos, conscientes de lo importante que es conservar el suelo y el medioambiente, actividades que nos benefician como grupo y como comunidad.
El año pasado la ingeniera María Isabel nos habló de la producción de semillas mejoradas de maíz y frijol, siendo el frijol el que causó mayor interés porque en la región conocemos el cultivo, es parte de nuestra vida diaria. En específico nos hablaron de la variedad Sangre Maya —que generó el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) con el propósito de reproducirlo y conservarlo— con el que podríamos mejorar la productividad.
Para acceder a este material hicimos acuerdo de producción: nos facilitaron la semilla con el compromiso de reintegrar dos kilogramos por cada kilogramo de semilla que nos proporcionaran. Esto, con el fin de seguir apoyando a otros productores de la localidad que también solicitan semilla a los colaboradores del CIMMYT. Así, nos proporcionaron 10 kg de semilla mejorada de frijol Sangre Maya—mediante un convenio de colaboración con ECOPOL S.C.— y nos apoyaron con un paquete de nutrición orgánica para un cuarto de hectárea.
El frijol se desarrolló muy bien: la siembra la realizamos el 11 de junio de 2022. Observamos que creció en forma de mata hasta alcanzar los 50 cm de alto. Durante todo el desarrollo el cultivo estuvo muy sano y vigoroso, con una buena y abundante floración y buena carga de vainas. Cosechamos en septiembre con un excelente rendimiento, teniendo una producción total en grano de 280 kg en un cuarto de hectárea.
Es de mencionar que esta variedad da un grano grande, de buen peso, y gustó mucho a los comercializadores locales y de Guatemala, pagando el saco de frijol de 80 kilos a $2 400, que es muy buen precio para nosotros, y nuestro trabajo se paga. También guardamos semilla en botellas PET y botellones de agua, para nuestra siguiente siembra de temporal en el ciclo de primavera-verano 2023.
Espero seguir participando en el proyecto y seguir aprendiendo sobre otros cultivos para diversificar nuestra producción en beneficio de nuestras familias y comunidades, además de las tecnologías que podemos implementar para hacer más eficientes las actividades en el campo, cuidando el suelo y el agua. Por último, quiero agradecer a las instituciones que hacen posible el proyecto y a la ingeniera Isabel por la invitación, ya que gracias a que este proyecto nos ah facilitado la vinculación con instituciones de financiamiento, el acceso a mercados y, sobre todo, a poder trabajar con un enfoque de asociatividad.
Este testimonio forma parte de la Campaña de sensibilización sobre inocuidad alimentaria y micotoxinas, que se desarrolla en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, desarrollado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).