El gusano cogollero es la principal plaga del maíz. Se presenta sobre todo en zonas tropicales, pero debido a los efectos del cambio climático ahora su incidencia es mayor y en más regiones, así que cada vez más agricultores tienen que destinar una buena parte de su inversión a la compra de insecticidas, disminuyendo su rentabilidad y afectando los ecosistemas.
“Necesitamos recuperar el equilibrio ecológico que con el uso excesivo de químicos estamos destruyendo. El uso de feromonas de confusión sexual es una alternativa que permite que los insectos benéficos se mantengan en la parcela y al tiempo, hacer un mejor uso de los insecticidas químicos”, comenta Aldrin Quevedo Guerrero, técnico que promueve prácticas agrícolas sustentables en la zona sur de Veracruz.
“Junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y PROVIVI® estamos instalando dispensadores de feromonas de confusión sexual específicas para gusano cogollero. Aquí, por ejemplo, tenemos una parcela de cinco hectáreas en la que instalamos dispensadores para evaluar su efecto en este ciclo primavera-verano”, puntualiza Aldrin.
Los dispensadores constituyen una alternativa innovadora debido a su funcionamiento: “Se colocan 30 dispensadores por hectárea. Cada dispensador libera, por 90 días, el aroma o el perfume que la palomilla hembra del gusano cogollero emite al ambiente para indicarle al macho que ya está apta para reproducirse. Los machos, atraídos por el aroma, y sin poder localizar a la hembra, no logran aparearse y gracias a esta confusión se evita una nueva generación de la plaga”.
La iniciativa del CIMMYT y PROVIVI® para propiciar un manejo agroecológico del gusano cogollero en maíz “es de suma importancia para el sector agrícola porque con el uso de feromonas ayudamos a disminuir el uso excesivo de sustancias químicas que pueden generar un impacto negativo en nuestros agroecosistemas, en los mantos acuíferos, en el suelo e incluso afectan la salud humana”, menciona Aldrin.
Las evaluaciones en el marco de esta iniciativa buscan recopilar datos del desempeño de la tecnología directamente en las parcelas de los agricultores y considerando todas las variables de sus sistemas de producción, por esto, además de los dispensadores “también estamos evaluando trampas para gusano cogollero que ya existen en el mercado y tenemos igualmente un testigo absoluto sin feromonas. Con estos tres tratamiento queremos ver cómo fluctúa la población de gusano cogollero durante el ciclo agrícola”.
Los dispensadores PROVIVI FAW® son una herramienta de prevención para el manejo integrado del gusano cogollero que “si se maneja con un enfoque sistémico puede generar un mejor impacto, por lo que se recomienda combinar con otras prácticas, como la biodiversidad funcional y la agricultura de conservación. Con esto podemos contribuir significativamente a la sanidad de la planta, a la calidad del grano y, en este sentido, parte de los impactos que estamos evaluando con el uso de esta tecnología es el ingreso económico del productor al lograr un producto terminado de más calidad”.
“Otro punto importante es ver cómo se benefician los organismos benéficos como son los insectos depredadores y parasitoides. Así, a través de talleres de capacitación, muestreos consecutivos y colecta de larvas para evaluar el parasitismo natural de gusano cogollero estamos dándole seguimiento al efecto de los dispensadores de feromonas de confusión sexual en el estado de Veracruz. Con estos enfoques podemos proteger la sanidad de la planta y del grano y contribuimos a una producción más sustentable de maíz en México”, finaliza Aldrin.