En el año 2016 la llegada repentina e inesperada de la enfermedad ‘explosión de trigo’ a Bangladés afectó unas 15 mil hectáreas de trigo en ese país asiático, reduciendo la producción casi en 30 % ese año, hecho que representó una seria afectación a la seguridad alimentaria de aquella nación.
¿Se pudo prever la llegada de esta enfermedad (causada por el hongo Magnaporthe oryzae patotipo Triticum) a este país de Asia cuando históricamente solo se había presentado en países sudamericanos como Brasil, Bolivia y Argentina, que es la región de donde es originaria la enfermedad?, ¿se podría identificar en dónde se presentará el patógeno en un futuro?
En un contexto donde el riesgo de brotes de enfermedades de los cultivos está aumentando dado el comercio mundial de productos agrícolas básicos, predecir en qué lugar específico del mundo ocurrirá el siguiente evento que ponga en riesgo la sanidad vegetal y la seguridad alimentaria de una nación es una tarea compleja, pero que se debe intentar para canalizar mejor los esfuerzos de prevención.
El estudio de las condiciones climáticas idóneas en donde prospera el hongo que causa la enfermedad y el desarrollo de modelos matemáticos apropiados para la materia amplían la posibilidad de orientar mejor los esfuerzos para monitorear la presencia de patógenos y la priorización regional en el desarrollo de estrategias de gestión que pueden incluir variedades resistentes, métodos de control y sistemas de alerta temprana.
Partiendo de esto y de estudios previos a nivel local y con variables específicas, un grupo de investigadores del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se dio a la tarea de evaluar a gran escala y a largo plazo la idoneidad climática para el desarrollo del hongo causante de la explosión de trigo (tomando en cuenta cerca de cuatro décadas de datos climáticos y una amplia gama de variables) y, basándose en el análisis de los resultados obtenidos de datos meteorológicos de alta resolución y un modelo matemático de infección, obtuvieron una estimación de la presión potencial que puede ejercer el hongo a escala continental.
“Nuestros resultados sugieren una idoneidad diferencial para el desarrollo del hongo y una gran variación entre años en algunas áreas clave productoras de trigo en Asia”, señala Carlo César Montes, uno de los investigadores que desarrrolaron el análisis, quien refiere que se observa riesgo potencial en Bangladés, Myanmar y algunas zonas específicas en India, aunque también riesgos limitados en Afganistán, Pakistán y en el centro de China.
Estudios anteriores sugerían que la enfermedad podría extenderse a áreas con climas húmedos y cálidos (algunos apuntando a Etiopía y los Estados Unidos como susceptibles de riesgo). En este sentido, “Es importante señalar que nuestros resultados también destacan una asociación más fuerte entre la humedad relativa y la infección por el hongo causante de la exposición del trigo que con el régimen de temperatura. En consecuencia, las mejoras futuras deben investigar más a fondo en esa línea y, aunque sigue siendo de naturaleza preliminar, nuestros resultados pueden ayudar en el desarrollo o refinamiento de sistemas de alerta temprana y servicios climáticos agrícolas asociados con esta enfermedad y otras similares”, finaliza el investigador del CIMMYT.