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El proyecto Buena Milpa y sus colaboradores fortalecen el Consorcio de Investigadores de la Cadena de Maíz en Guatemala

El objetivo es incrementar la cantidad y calidad de los proyectos de investigación en el occidente de Guatemala, así como sumar al productor a la red de innovación.

Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa.


Guatemala.- El 9 de enero se reunieron representantes del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA); el Proyecto Buena Milpa; el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA); y el Centro Universitario de Occidente (Cunoc), de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), para darle seguimiento a la consolidación del Consorcio de Investigadores de la Cadena de Maíz.

Este consorcio tiene como objetivo incrementar la cantidad y calidad de los proyectos de investigación en el occidente de Guatemala. “Queremos incentivar la generación de propuestas de investigación en la cadena de maíz, que es una cadena muy importante, pero hasta el momento no hay suficientes propuestas de investigación para presentar en el programa de Consorcios Regionales de Investigación Agropecuaria (CRIA), que está manejando el IICA con fondos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés)”, dijo el doctor Manuel Sánchez Hermosillo, representante del IICA en Guatemala.

Sánchez comentó que este mes se presentará una propuesta para ampliar el ámbito de trabajo del consorcio del CRIA, y se espera que un mes después se empiecen a presentar las propuestas de investigación.

El Proyecto Buena Milpa participa en el consorcio para apoyar la conformación del comité y a los colaboradores que han estado trabajando en el proyecto. “Buscamos que se apoye el trabajo del sistema del hub y que las organizaciones que trabajan en agricultura asuman sus roles y se interconecten entre ellas. Por un lado, las universidades y el ICTA hacen investigación, y el MAGA, junto con ONG hacen la transferencia hacia los agricultores”, explicó el ingeniero Luis Fernando Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa.

Ramírez resaltó que el primer objetivo es que funcione el hub, el segundo es apoyar a los colaboradores, para que ellos —con la experiencia que han tenido en Buena Milpa— puedan hacer sus propuestas de investigación y presentarlas a otro donante, para escalar tecnologías que apoyen a los agricultores; y el tercer objetivo es que se mantenga el apoyo a los agricultores, con conocimientos innovadores que resuelvan problemas en producción, almacenamiento, comercialización y procesamiento de maíz.

Para el ingeniero Mario Fuentes, contar con un consorcio de la cadena de maíz ayuda a hacer una priorización y a identificar problemas, para encontrarles una respuesta que puede ser de tipo económico o agronómico, y que, al final, puede repercutir en temas de acceso a la tecnología o productividad. Pero, sobre todo, ayudará a atender a los involucrados directos en el cultivo de maíz.