Aunque el pensamiento convencional en las comunidades rurales del sur de Asia es que los hombres son los principales responsables de sacar a sus familias de la pobreza, nuestro reciente estudio demostró que la verdad es más sutil y femenina.
En nuestro nuevo artículo profundizamos en grupos focales e historias de vida en 32 comunidades agrícolas de cinco países del sur de Asia. Aunque preguntamos sobre los roles de los hombres y las mujeres, los grupos focales de ambos sexos enfatizaron a los hombres en sus respuestas, ya sea explicando cómo las familias salieron de la pobreza o por qué continuaron siendo pobres.
“Las mujeres generalmente no pueden generar un gran cambio, pero pueden ayudar a los hombres a mejorar”, explica un miembro del grupo focal de hombres pobres de la comunidad de Ismashal (un seudónimo) de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa de Pakistán.
Los testimonios de los grupos focales presentaron abundantes ejemplos de la fuerte influencia de las normas de género: las reglas sociales que dictan roles y conductas diferenciales para hombres y mujeres en su sociedad. Estas normas influyeron significativamente en cómo la gente concibió los movimientos dentro y fuera de la pobreza en su comunidad y en sus propias vidas.
Según el grupo focal de mujeres del distrito de Rangpur en Bangladesh, las mujeres “no pueden trabajar fuera del hogar por temor a perder su reputación y respeto”.
Sin embargo, en estas mismas comunidades, los roles productivos de hombres y mujeres demostraron ser mucho más variables en los procesos de movilidad de sus familias que los transmitidos por los grupos focales. Encontramos muchos hogares con hombres que realizaban contribuciones irregulares o muy limitadas al mantenimiento de la familia. Esto ocurre por varias razones, incluyendo la migración laboral de los hombres, la discapacidad, los conflictos y separaciones familiares, el envejecimiento y la muerte.
Además, al compartir sus historias de vida en entrevistas individuales, casi todas las mujeres testificaron sobre sus propios esfuerzos persistentes para ganarse la vida, cubrir los gastos del hogar, lidiar con las deudas y, cuando las condiciones lo permitieron, proporcionar una vida mejor para sus familias. De hecho, nuestra investigación encontró a 12 mujeres que declararon haber hecho contribuciones sustanciales para sacar a sus familias de la pobreza.
Promotoras e impulsoras
Nos sorprendió de manera particular la cantidad de mujeres “promotoras” que empleaban tecnologías y prácticas agrícolas innovadoras para expandir su producción y sus ganancias.
“En 2015, utilizando máquinas de labranza cero, comencé a cultivar maíz, obtuve un buen rendimiento y grandes ganancias”, comenta una mujer de 30 años y madre de dos hijos de Matipur, Bangladesh, que sacó a su familia de la pobreza.
Otra promotora de 30 años, agricultora y madre de dos hijos de la comunidad de Thool en Nepal, apoya la diversificación y adopción de prácticas mejoradas de cultivo: “Recibí capacitación en agricultura de hortalizas. Al principio, la oficina de agricultura también proporcionó algunas semillas de hortalizas. Y comencé a cultivar verduras junto con cereales como trigo, arroz, maíz, avena. […] Aprendí a arar la tierra”.
Entre las mujeres que salieron adelante, una gran mayoría acreditó a un hombre importante en su vida por dejar a un lado las costumbres locales y apoyarlas directamente para innovar en sus medios de vida agrícolas y sacar a sus familias de la pobreza.
A través de las historias de las “promotoras”, las mujeres obtuvieron acceso a recursos familiares que les permitieron intensificar sus actividades de subsistencia. Por ejemplo, las tres cuartas partes de las mujeres “promotoras” hablaron de esposos o hermanos que los apoyaban para alcanzar objetivos importantes en sus vidas.
Sufia, de una comunidad en el distrito Rajshahi de Bangladesh, describe cómo superó la gran resistencia de su esposo para acceder a una parcela agrícola proporcionada por su hermano. La parcela permitió a Sufia cultivar betel y arroz con cáscara, y con esos beneficios y ganancias adicionales de las actividades ganaderas, compró más tierra y diversificó con berenjenas, chiles y calabaza. El esposo de Sufia había luchado por mantener a la familia y poco después de que Sufia comenzó a prosperar, sufrió un derrame cerebral y requirió años de tratamientos médicos antes de fallecer.
Cuando Sufia reflexiona sobre su vida, considera que la relación más importante en su vida ha sido estar con su hermano. “Gracias a él ahora puedo sostenerme”.
También estudiamos a las mujeres y familias que no salieron de la pobreza. Estas mujeres en pobreza extrema rara vez mencionaron el acceso a innovaciones o la obtención de beneficios significativos en sus medios de vida. En estas historias de vida, encontramos muchos menos testimonios sobre hombres que apoyaron financieramente a una esposa o hermana para ayudarla a alcanzar un objetivo importante.
La normativa restrictiva en gran parte del sur de Asia refleja que la capacidad de las mujeres para permitir el cambio en sus medios de vida rara vez es reconocida o alentada por la comunidad en general como una forma de prosperidad para una familia pobre. Aun así, las historias de vida de estas “promotoras” abren una ventana a las posibilidades cuando las mujeres tienen la oportunidad de asumir roles domésticos más equitativos y pueden acceder a innovaciones agrícolas.
Las mujeres promotoras y los hombres que las apoyan, brindan información sobre las vías de un cambio agrícola más equitativo. Lo que podemos aprender de estas experiencias tiene un gran potencial para programas destinados a moderar las normas de género, catalizar la innovación agrícola y desbloquear transiciones más rápidas hacia la igualdad de género y la reducción de la pobreza en la región. Sin embargo, desafiar las normas sociales puede ser arriesgado y puede provocar reacciones violentas por parte de la familia u otros miembros de la comunidad. Para abordar esto, los modelos de investigación colaborativa son prometedores. Estos enfoques involucran a investigadores, mujeres y hombres locales en acciones de aprendizaje para desarrollar la comprensión y el apoyo al cambio agrícola inclusivo. Nuestra investigación sugiere que tales intervenciones, que combinan las dimensiones sociales, institucionales y técnicas de la innovación agrícola, pueden ayudar a diversos tipos de familias a abandonar la pobreza.
Lea el estudio completo: Normas de género y dinámica de la pobreza en 32 pueblos del sur de Asia