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Según el Dr. Mahuku, el nuevo instrumento hará más sencilla la tarea de producir buenos híbridos para combatir la sequía, el calor o enfermedades como la necrosis letal del maíz en África oriental. “Hemos identificado algunas fuentes de resistencia a este virus”, comenta Mahuku, “pero necesitamos hacer cruzamientos en los materiales genéticos apropiados.” Encontrar las fuentes de resistencia y los materiales adecuados solía ser un proceso costoso y largo. “En el pasado, por ejemplo, sembrábamos dos hectáreas, y dos o tres semanas después nos percatábamos de que el 50% de las plantas no tenían las características que deseábamos, así que teníamos que eliminarlas. Esto significaba una pérdida de nuestra inversión en la preparación de la tierra, en agroquímicos y en pagarle al personal encargado de sembrar los materiales”, explicó Mahuku. “Ahora, con el citómetro de flujo, germinaremos la semilla y podremos analizarla en un plazo de tres días. Esto nos permitirá sembrar únicamente los materiales que contengan las características deseables y nos ahorrará un mes y medio de trabajo.” El Dr. Thomas Lumpkin, director general del CIMMYT añadió: “Este instrumento nos permitirá ver el diseño, la arquitectura de la planta, sin tener que esperar a que la planta crezca.”
A la larga, el equipo será de gran utilidad en la investigación tanto de maíz como de trigo en el CIMMYT. La delegación visitante tuvo la oportunidad de observar la rapidez con que se hizo un análisis de ADN, utilizando el citómetro de Partec.