Para cubrir la demanda mundial de trigo, el rendimiento de este cultivo tendrá que aumentar en 60 % para 2050 o 1.6% por año. Aunque la ciencia indica que se puede lograr un aumento de 50% o más en el potencial de rendimiento, la investigación que se necesita rebasa la capacidad actual de las instituciones a nivel individual o de los programas científicos a nivel nacional. Fue por esta razón que se propuso la creación de la Red Internacional para Elevar el Rendimiento del Trigo (WYN, siglas en inglés), el 13 de noviembre de 2012, durante la Conferencia de Patrocinadores de la Investigación sobre Rendimiento celebrada en la Ciudad de México. WYN es el resultado de una importante iniciativa que pusieron en marcha hace tres años el Programa Global de Trigo y numerosos colaboradores internacionales (que han trabajado juntos en lo que se conoce como el Consorcio para Elevar el Rendimiento de Trigo) con fuerte apoyo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) por conducto de la iniciativa MasAgro.
La reunión fe inaugurada por el Lic. Francisco Javier Mayorga Castañeda, Secretario de Agricultura. El Dr. Thomas Lumpkin dio la bienvenida a los participantes en nombre del CIMMYT. A continuación, el Dr. Hans Braun, director del Programa Global de Trigo del CIMMYT, hizo una síntesis de la crisis mundial que enfrenta la producción de trigo y dijo, además, que el rendimiento de trigo es actualmente uno de los más grandes desafíos para alcanzar la seguridad alimentaria. Sin embargo, la inversión que se hace en la investigación es poca, si se le compara con la de otros cultivos importantes, aunque el trigo ocupa hoy en día el segundo lugar después del arroz como la principal fuente de calorías y de proteína vegetal en los alimentos de consumo humano. Para alcanzar las metas propuestas por el WYN —aumentar la capacidad fotosintética del trigo mediante índices de cosecha altos y estables y resistencia al acame, así como establecer plataformas de mejoramiento de primer nivel para mandar líneas de trigo nuevas derivadas de su trabajo a distintos lugares del mundo— se necesita no solamente vincular a los principales equipos de investigación de los sectores público y privado, sino establecer también más plataformas de investigación en los países en desarrollo, como el Campo Experimental Norman E. Borlaug (CENEB) en Ciudad Obregón, Sonora, México.
En su presentación sobre los orígenes del Consorcio para Elevar el Rendimiento del Trigo, el Dr. Lumpkin habló de la importancia de este cereal para lograr la seguridad alimentaria y planteó la pregunta de si el trigo podrá competir con otros cultivos sin que se haga una mayor inversión en la investigación científica. “Necesitamos sobrecargar el trigo y lograr que compita con el maíz”, recalcó. Helene Lucas, coordinadora internacional de la Iniciativa de Trigo y de INRA, ofreció una perspectiva global de los programas de trigo y del propósito de la Iniciativa de Trigo. Steve Visscher, subdirector ejecutivo y jefe de operaciones de (BBSRC), y Saharah Moon Chapotin, jefa de división de investigación agrícola de USAID) hablaron de la postura del sector público, y John Bloomer director de JMB Consulting (Pleshey) Ltd., describió en breve la perspectiva del sector privado.
Antes de la sesión de cierre, los asistentes dialogaron sobre los pasos a seguir en el futuro. Los participantes reiteraron que la cuestión no es si se necesita la plataforma global de apoyo a la investigación de trigo, sino cómo concretar la idea. Se está preparando un comunicado con los resultados de la conferencia.