ISLAMABAD (CIMMYT) – En Pakistán, la malnutrición es endémica. Los niños son los más afectados, ya que cerca del 50% de la población infantil de ese país padece malnutrición crónica.
La malnutrición crónica suele producir una condición que limita de manera permanente el crecimiento y el desarrollo de los niños. Pakistán es uno de los países del mundo con la tasa más alta de deficiencia de vitamina A y zinc, lo cual afecta las facultades cognitivas y puede causar casos de ceguera que podrían evitarse.
Una nueva iniciativa espera combatir la malnutrición en ese país utilizando maíz biofortificado, una táctica que ya se utiliza en varios lugares del mundo.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha estado mejorando el rendimiento del maíz y aumentando su nivel total de proteínas y micronutrientes (vitamina A y zinc) durante más de 50 años. Este trabajo ha continuado en Pakistán mediante el Programa de Innovación Agrícola de Pakistán (AIP) en colaboración con el Consejo de Investigación Agrícola de Pakistán y otros colaboradores de los sectores público y privado, bajo el patrocinio de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).
Desde 2014, el AIP ha estado ensayando variedades de maíz biofortificado del CIMMYT en Pakistán, con el fin de asegurar que el maíz se dé en las condiciones locales. En algunos casos, el maíz mejorado ha producido mayores rendimientos incluso que los testigos comerciales.
Hace unos meses, el CIMMYT entregó tres híbridos de maíz enriquecidos con provitamina A (PVA) a la Universidad de Agricultura de Faisalabad (UAF), con lo cual Pakistán se convirtió en el primer país surasiático en recibir estos productos. Por ahora, la semilla de esos híbridos se encuentra en un proceso de distribución y próximamente se producirá a gran escala.
Además de tener alto contenido de vitamina, estos híbridos rinden más que las variedades no híbridas. El rendimiento más alto registrado hasta ahora en un sitio de prueba en Pakistán fue de 12 toneladas por hectárea, el triple del rendimiento promedio nacional de cuatro toneladas por hectárea. Además del apoyo del AIP, la UAF también está aportando sus propios recursos para aprovechar los beneficios de esos híbridos con el fin de reducir la deficiencia de vitamina A.
“Colaboraremos con el sector privado y otros actores de la cadena de valor para acelerar la distribución de estos híbridos en las zonas meta”, señala Muhammad Aslam, profesor auxiliar de la UAF.
Cada variedad de maíz biofortificado ofrece diferentes beneficios a los consumidores. El maíz con calidad proteica contiene todos los aminoácidos esenciales que requiere el cuerpo humano, el maíz enriquecido con zinc proporciona zinc más digerible y el maíz PVA contiene pigmentos naturales, llamados carotenoides, que el cuerpo humano convierte en vitamina A. Se ha comprobado que el maíz biofortificado combate de manera eficaz la deficiencia de vitamina A y zinc, y ya está siendo utilizado en todo el mundo para combatir la malnutrición.
La demanda de maíz en Pakistán se ha triplicado desde la década de los noventa. Hoy en día, el maíz está siendo utilizado por cientos de agricultores y consumidores pakistaníes y es el cereal más importante en lo que respecta a productividad, pues su rendimiento está entre los mayores en el sur de Asia.
Varios colaboradores de los sectores público y privado han expresado interés en comercializar productos de maíz PVA y enriquecido con zinc. A principios de este año, Pakistán liberó sus primeros dos híbridos con calidad proteica, lo cual indica el potencial de los productos de maíz biofortificado en el país.
“Lo importante ahora es mejorar las sinergias entre los grupos interesados, y movilizar los recursos y los conocimientos necesarios para aumentar la producción y la diseminación de estos productos biofortificados con el fin de frenar la deplorable tendencia al hambre oculta en Pakistán”, enfatiza AbduRahman Beshir, especialista en sistemas de semilla del CIMMYT.
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El objetivo del Programa de Innovación Agrícola para Pakistán (AIP), financiado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), es aumentar la productividad agrícola y los ingresos de ese sector mediante el desarrollo y diseminación de nuevas tecnologías agrícolas. El proyecto es coordinado por un consorcio de Centros del Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) y liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).