EL BATÁN, México (CIMMYT)—El apoyo regional y nacional a la agricultura de conservación es esencial para la intensificación sustentable de la producción a gran escala, dijo Saidi Mkomwa, presidente de la Red Africana de Labranza de Conservación (ACT).
Hacer un mayor uso de la agricultura de conservación y las prácticas de manejo del suelo (que incluyen remoción mínima del suelo, cobertura permanente del suelo y rotación de cultivos) para impulsar la agricultura sustentable y aumentar su rentabilidad, se logrará mediante la promoción coordinada a través de organismos regionales y gobiernos nacionales, señaló Mkomwa, quien dio una ponencia durante las celebraciones del 50 aniversario del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a finales de septiembre.
La investigación y los programas del CIMMYT que apoyan el aumento de la productividad sustentable mediante la agricultura de conservación han ayudado a las organizaciones, a los gobiernos y a sus instituciones a redoblar sus esfuerzos, pero para producir un verdadero impacto ante al cambio climático y la escasez de recursos, es necesario tomar acciones a mayor nivel, dijo.
Mkomwa fue uno de los miembros del panel de discusión titulado “La contribución de la investigación de los sistemas agrícolas a la difusión de prácticas agronómicas modernas e innovaciones técnicas”, durante la conferencia para celebrar el 50 aniversario del CIMMYT en México.
En la siguiente entrevista nos da su opinión sobre el desarrollo agrícola.
¿Cómo espera contribuir a la conferencia del CIMMYT?
Felicito al CIMMYT por sus 50 años de contribuciones únicas, como su contribución a la Revolución Verde, que salvó a millones de personas del hambre. Esta es también una oportunidad para recordar al CIMMYT que el Dr. Norman Borlaug, exmejorador de trigo, Premio Nobel de la Paz 1970 y padre de la Revolución Verde, vaticinó que se necesitaría una segunda Revolución Verde en 20 o 30 años para que sus beneficios perduraran. La próxima Revolución Verde, obstaculizada también por el cambio climático, tendrá que concentrarse en nuevas zonas de producción de alimentos, como la agricultura de temporal de pequeña escala en regiones semiáridas, donde también habitan millones de personas de escasos recursos que padecen hambre. El CIMMYT ya está investigando y capacitando a los agricultores (sobre todo en el sur de África) para que adapten y adopten la agricultura de conservación como una manera de intensificar la producción de manera sustentable. Lo que podría agregar valor a este esfuerzo es un liderazgo más efectivo y de alto nivel, así como la coordinación de actividades que fortalezcan al Programa de Desarrollo Agrícola Integral en África de la Unión Africana y los gobiernos nacionales, para que apoyen e inviertan en agricultura de conservación de bajo costo destinada a la intensificación sustentable.
¿Cuál es la importancia del CIMMYT? ¿Qué papel ha tenido el CIMMYT en su área de trabajo?
El CIMMYT tiene conocimientos y experiencia en fitotecnia y en promover las variedades con mejor comportamiento, así como en investigación de los sistemas y las prácticas de la agricultura de conservación, que intensifican la agricultura sin degradar los recursos naturales. La investigación del CIMMYT en agricultura de conservación ha ayudado a generar pruebas científicas confiables y tecnologías que sustentan el uso de la agricultura de conservación como la mejor opción para que los agricultores africanos intensifiquen su producción de manera sustentable. Este trabajo ha ayudado a muchos gobiernos y a sus instituciones, al igual que a otras organizaciones en África, incluida la ACT, a redoblar sus esfuerzos por introducir y diseminar la agricultura de conservación.
¿Cuáles son los retos más grandes que el mundo tiene que afrontar?
La agricultura con labranza convencional ya no es suficiente para lograr la seguridad alimentaria de manera sustentable y está siendo remplazada cada vez más por la agricultura de conservación, ya que sus prácticas aumentan la productividad, la rentabilidad, la resiliencia y las cualidades regenerativas. La disponibilidad y uso eficiente de insumos, especialmente el agua, los fertilizantes y el combustible, que fueron decisivos en la Revolución Verde, se han vuelto indispensables a medida que el suministro de insumos disminuye y sus costos aumentan. Su fabricación y aplicación en la agricultura con labranza convencional contribuyen además a las emisiones de gases de invernadero, pero éstas se pueden minimizar si se adopta la agricultura de conservación tanto como sea posible en todo África y otros países.
Los grandes retos que existen a nivel mundial incluyen la necesidad de adoptar la agricultura de conservación en respuesta al estancamiento de rendimientos y los márgenes de ganancia no óptimos que existen en muchos países; la pérdida de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, la degradación y erosión del suelo; y la pérdida de eficiencia y resiliencia. Además, es necesario que los sistemas de investigación, educación y extensión solucionen problemas como los niveles inadecuados de personal y la deficiente capacidad de los agricultores.