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Derribando barreras: Científica de origen indígena obtiene el Premio Nacional de la Juventud 2016

“Decidí estudiar agronomía porque me crié en el campo y estoy arraigada a la tierra”, dice Tania Martínez

Tania Martínez, PhD fellow with CIMMYT, holding her national youth award for outstanding performance in academic achievement. Photo courtesy of Tania Martínez.

Martínez posa con su premio en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Chapingo. Foto cortesía de Tania Martínez.

EL BATÁN, México (CIMMYT)—Tania Martínez, quien está realizando su investigación de doctorado en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), recibió el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Logro Académico. Martínez recibió el galardón de manos del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, en la ceremonia de premiación que se llevó a cabo el 12 de agosto.

El Premio fue instituido en 1975 con el fin de reconocer a jóvenes mexicanos cuya conducta o dedicación al trabajo o al estudio inspire a sus contemporáneos y sea ejemplo de superación personal o progreso comunitario.

Actualmente, Martínez está realizando investigación en el CIMMYT para obtener su doctorado con el Grupo de Conocimiento, Tecnología e Innovación de la Universidad de Wageningen en Holanda. Parte de su trabajo consiste en estudiar trayectorias tecnológicas y los procesos de inclusión o exclusión social dentro de esas trayectorias, así como la agricultura de conservación, que consiste en prácticas agronómicas que incluyen movimiento mínimo del suelo, cobertura permanente del suelo y rotación de cultivos, en la región de El Bajío, México. En el marco de una importante iniciativa coordinada por el gobierno de México y el CIMMYT, Martínez participa en un proyecto que ayuda a los agricultores de pequeña escala a mejorar sus preciadas variedades criollas de maíz, y también a buscar formas de ayudar a los agricultores a acceder a la información utilizando tecnologías de información y comunicación.

En 2001, cuando tenía 14 años, Martínez salió de su pueblo natal, Tamazulápam Mixes, población indígena en la sierra norte de Oaxaca, para estudiar en la Universidad Autónoma de Chapingo, en la zona centro de México.

Sus logros son notables. De los más de 15 millones de indígenas que viven en México –cerca del 15% de la población del país–, más del 25% de adultos nunca fueron a la escuela y únicamente 26% de las mujeres trabajan o participan en otras actividades económicas. La población indígena de México es de las más pobres y marginadas.

“Decidí estudiar agronomía porque me crié en el campo y estoy arraigada a la tierra”, dice Martínez. “Sin embargo, en Chapingo me encontré con personas que no sabían que en México había lugares donde no hay electricidad, agua potable, servicios de drenaje, ni siquiera caminos. ‘¡Claro que sí hay!’, contestaba. ‘Yo vengo de uno de esos lugares, y los hay en muchas regiones de México’.”

Aproximadamente 30% de los pueblos indígenas de México no tienen agua potable y 66% de las familias cocinan con leña y carbón.

Antes de iniciar sus estudios de doctorado, recibió una beca Fullbright que le permitió estudiar en la Universidad de Arizona, donde obtuvo una maestría en ingeniería agrícola y biosistemas con especial enfoque en el uso eficiente del agua, sistemas de riego y producción de bioetanol de sorgo dulce. En 2012, Martínez hizo sus prácticas profesionales en el CIMMYT, y en 2013 fue consultora en el Programa de Socioeconomía. Martínez reconoce a Conny Almekinders –su profesora y supervisora en Wageningen– y a Carolina Camacho, posdoctorada del Programa de Socioeconomía, quienes se especializan en el análisis social de tecnologías agrícolas, por haberla inspirado a hacer un doctorado en la misma área.

“Espero que más personas estén dispuesta a ayudar a quienes no han tenido las mismas oportunidades y el apoyo que yo he tenido, para que puedan cambiar su realidad”, expresa Martínez. “Estoy muy agradecida con todos aquellos que me han ayudado durante mis estudios, y especialmente con el CIMMYT y los numerosos investigadores y personas que he conocido a lo largo de mi trayectoria”.

Como parte del Premio Nacional de la Juventud, Martínez planea donar libros a bibliotecas de comunidades marginadas y ayudar a formular políticas que favorezcan a esas comunidades.