EL BATÁN, México (CIMMYT) – La discriminación en el sector de la ciencia sigue siendo un reto considerable para lograr un balance de género en la educación y la investigación profesional, opina destacada investigadora de maíz.
“Desafortunadamente, todavía hay discriminación, desde el nivel educativo hasta el ámbito profesional, y por tanto todavía existen áreas que son dominadas en gran parte por los hombres”, señala Natalia Palacios, especialista en calidad nutricional del maíz del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo con base en México.
El balance de género es fundamental en la ciencia, ya que aporta diversas perspectivas que contribuyen a encontrar mejores soluciones”, continúa Palacios.
Ella se ha sentido fascinada por la naturaleza y cómo funciona ésta desde que era niña y vivía en un pequeño poblado agrícola de Colombia. Llevar esta fascinación a la práctica me mostró las posibilidades que podría tener una carrera en ciencias, explica.
“Crecí en un pueblo muy pequeño y siempre estuve en contacto con los pequeños productores y la agricultura. Sin embargo, fue cuando hice mis prácticas de pregrado en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Colombia, que me dí cuenta de la magnitud del potencial de contribuir a la agricultura mediante la ciencia”.
Sin embargo, un estudio de la ONU realizado en 14 países indica que las mujeres y las niñas siguen teniendo poca participación en el campo de la ciencia. La probabilidad de que las estudiantes terminen una licenciatura, una maestría o un doctorado en alguna materia relacionada con la ciencia es del 18, 8 y 2%, respectivamente, mientras que la probabilidad para los estudiantes masculinos es del 37, 18 y 6%, indica el estudio.
En respuesta a esta situación, en diciembre de 2015, los estados miembros de las Naciones Unidas decidieron establecer un día internacional anual para reconocer el papel crucial que tienen la mujer y las niñas en la ciencia y las comunidades tecnológicas; ese día se observó por primera vez el pasado 11 de febrero. El propósito del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia es promover el acceso y la participación de la mujer y la niña en la educación, la capacitación, la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y las actividades científicas.
La pasión de Palacios por la ciencia la llevó a estudiar microbiología en la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia, y posteriormente un doctorado en bioquímica de las plantas en la Universidad de Anglia Oriental y el Centro John Innes, en Norwich, Inglaterra. Hizo dos posdoctorados en la Universidad de Dublín y en el Instituto Max Planck de Fisiología Molecular, en Alemania.
Ha trabajado en el CIMMYT como especialista en calidad nutricional desde 2005 y actualmente es jefa del laboratorio de calidad nutricional del maíz del centro. Su trabajo consiste en generar germoplasma de maíz con alta calidad nutricional, incluido el maíz de alta calidad proteínica y el maíz biofortificado con zinc y provitamina A. Esto incluye la evaluación de la calidad nutricional de productos alimentarios y el fenotipeado de la diversidad genética de la calidad nutricional, final y culinaria del maíz.
Ha publicado más de 40 artículos científicos, siete capítulos de libro y más de 10 revistas y folletos sobre la ciencia.
En la siguiente entrevista, Palacios nos comparte sus puntos de vista sobre las mujeres y las niñas en la ciencia.
¿Por qué es importante que haya más mujeres y niñas que estudien y trabajen en el campo de la ciencia?
R: Que las mujeres y niñas trabajen en la ciencia es tan importante como que trabajen los hombres; no se puede tener uno sin el otro. Todos tenemos el mismo potencial y todos podemos contribuir a resolver problemas en la ciencia. Ya sean mujeres, hombres, personas de diferentes culturas, cada uno tiene su propia perspectiva, única y diferente, y si trabajamos juntos, todos podemos contribuir a crear mejores soluciones.
¿Cuáles son los retos que enfrentan las mujeres y las niñas en el campo de la ciencia hoy en día?
R: Desafortunadamente, todavía hay discriminación, desde el nivel educativo hasta el nivel profesional, y por tanto todavía existen áreas que son dominadas en gran parte por los hombres. Hay aún muchas ideas preconcebidas que la gente utiliza para generalizar acerca del género. Por ejemplo, la percepción de que las mujeres son menos flexibles y que los hombres son mejores para trabajar en el campo. Lo que tenemos que hacer es ser abiertos, no juzgar y abstenernos de utilizar las mismas metodologías para todo, y nos sorprenderemos de lo equivocado que pueden estar algunos de esos paradigmas. No cerremos las puertas a las personas a causa del género sin antes darles la oportunidad de probar que sí son capaces.
¿Cómo mejora su investigación la vida de las mujeres y las niñas en el mundo en desarrollo?
R: Yo formo parte de un equipo que trabaja en generar maíz con mayor calidad nutricional, final y culinaria. Espero que esta investigación ayude a que la gente se alimente mejor y genere más oportunidades para todos. Sin embargo, nuestra investigación es particularmente importante para las madres que son más propensas a padecer malnutrición porque su dieta consiste mayormente de cultivos básicos; esto también tiene un impacto negativo en sus hijos. La malnutrición afecta su capacidad de estudiar y de trabajar y esto limita sus oportunidades en la vida. Asegurándonos de que la calidad final y culinaria del maíz es buena, esperamos facilitar su cocción y procesamiento en los hogares y en las pequeñas empresas, y crear nuevas oportunidades de generar ingresos. De esta manera, la gente ahorra tiempo y dinero que puede destinar a la educación y otras actividades más gratificantes.
Trato también de aprovechar cualquier oportunidad para alentar a los jóvenes y a las mujeres que tienen pasión por la ciencia a que se dediquen a ella y hagan aportaciones a la sociedad basándose en esa pasión.
¿Cuál es su consejo para las jóvenes que aspiran a ser científicas?
R: Que traten de realizar sus sueños y aspiraciones; que sigan trabajando con ahínco, que crean en sí mismas y que se dejen llevar por su pasión por la ciencia. El género y el bagaje cultural no deben ponerle límites a esa pasión.