CIMMYT E-News, vol 6 no. 4, junio de 2009
Con un incremento de únicamente 0.9% anual, la producción de trigo está quedándose corta con respecto a las demandas de la población mundial que crece a razón de 1.5% o más por año. Los ajustes de precio en los últimos tiempos, la escasez de grano en la localidad y los disturbios civiles en protesta por estos factores muestra los peligros de la pasividad en cuanto al suministro de cultivos básicos alimentarios como el trigo. Una reciente e importante publicación del CIMMYT reseña las limitaciones actuales y futuras para el rendimiento de trigo y cómo se pueden generar variedades de alto rendimiento y prácticas agronómicas de conservación de recursos que ayuden a los agricultores a obtener su sustento el día de manaña.
Con la pequeña adición de tierra arable a lo que de ésta queda, según estimaciones de los economistas, los rendimientos de trigo tendrán que aumentar un 1.6% cada año, para alcanzar los niveles de producción necesarios de este cultivo en 2020. “La agricultura es la base del desarrollo rural y el crecimiento económico en muchos países”, opina Hans-Joachim Braun, director del Programa Global de Trigo del CIMMYT. “El trigo en particular aporta 500 kilocalorías per cápita por día en los países más poblados, China e India, y más de 1,400 kilocalorías por persona cada día— alrededor del 66% de la ingesta calórica diaria de una persona— en países como Irán y Turquía. Restaurar el crecimiento de la productividad en las principales zonas productoras de trigo en el mundo es un asunto crucial.”
El volumen más reciente de una serie de evaluaciones periódicas de la investigación y el desarrollo relacionados con el trigo—, en particular en los países en desarrollo—, una nueva publicación del CIMMYT, Wheat Facts and Futures 2009, plantea en detalle asuntos y tendencias en la agricultura para la producción de trigo.
Para satisfacer la demanda mundial de trigo’ en las prioridades de la fitotecnia y ciencias afines en el futuro tendrá que incluirse el rendimiento, pero también habrá que diversificar, en respuesta a la demandas del mercado y de las condiciones para la agricultura, sobre todo en los países en desarrollo. Por ejemplo, los caracteres de calidad del trigo se volverán cada día más importantes. Los fitomejoradores aplicarán también marcadores de ADN y herramientas de la biología molecular para avanzar más rápida y efectivamente en características como las de rendimiento, tolerancia a sequía, calidad de grano y otras que sean de utilidad. “Estas y otras tecnologías serán fundamentales, ya que los científicos y los formuladores de políticas tendrán que lidiar con el estrés que ocasionarán los aumentos de temperatura y la variabilidad derivados del cambio climático”, explica Braun. Se prevé que las zonas productoras de trigo en las latitudes norte se volverán más calurosas y más húmedas, pero los trópicos y los subtrópicos serán progresivamente por el calor y la sequía. “En los sistemas de producción sustentable basados en los principios de la agricultura de conservación se necesita también revertir la degradación de los recursos agrícolas, un problema grave que se enfrenta hoy en día”, continúa. “Por último, los agricultores, el comercio, la ciencia y las políticas deberán vincularse de algún modo para que los beneficios lleguen a todo el mundo.”
La nueva publicación ‘Wheat Facts and Futures 2009’ constituye un llamado a todo el mundo, para que se ponga en acción uniéndose al sistema internacional de fitomejoramiento de trigo, según Braun. “Nuestro trabajo ya fue una vez la base de un fuerte crecimiento de los rendimientos de trigo en el mundo, dio origen a la Revolución Verde. Ahora debemos dar de nuevo una respuesta.”
Braun opina también que, para lograr los objetivos descritos en párrafos anteriores, el monto de la inversión para para el trabajo de investigación a escala internacional tendrá que aumentar de manera considerable. “Con ajustes por la inflación, el presupuesto del CIMMYT para actividades destinadas a la investigación sobre trigo fue tres veces más elevado en 1980 que en 2007, debido al recorte de aportaciones por parte de los donadores. En cambio, no creo que los problemas a los que nos enfrentamos hayan disminuido tres veces desde entonces.”
Para más información: Hans-Joachim Braun, director, Programa Global de Trigo (h-j.braun@cgiar.org)