“Ni para aprovechar el zacate”, recuerda el productor cuyo panorama familiar cambió desde que empezó a diversificar cultivos y almacenar el grano en silos metálicos herméticos para esperar a venderlos cuando el precio por kilogramo fuera bueno.
“Los gorgojos y las ratas mermaban la mitad de la cosecha y en estos silos el maíz puede durar hasta dos años”, dice satisfecho Viliulfo, quien aceptó la asesoría de los técnicos del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
La colaboradora del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, Clara Santos Rodríguez, destaca la emoción que al productor le significó comenzar a diversificar cultivos porque plantas como la crotalaria, por ejemplo, ayudan a fijar nitrógeno al suelo y al mismo tiempo puede servir como alimento para el ganado.
Para incrementar la producción de forraje, en el reciente ciclo Viliulfo empezó a sembrar maíz híbrido, pero al ver cómo se desarrolló definió que tendrá un doble propósito: aprovechará el grano de la mazorca y el resto de la planta para alimentar a sus animales de traspatio.
En una sola parcela Viliulfo logra producir varios cultivos: maíz, crotalaria, jamaica y tres variedades de calabaza. “La semilla de calabaza la toma como un ingreso extra y el fruto lo aprovecha para alimentación de su ganado. Aquí se están diversificando muy bien los cultivos que tienen propósitos bien establecidos”, explica Clara Santos.
Viliulfo cuenta que por necesidad se volvió productor a los 18 años en una familia donde fue el séptimo de ocho hijos y el primer hijo hombre después de seis hijas. Sonia López Cruz, la esposa de Viliulfo, también es productora. Lo es desde que se casaron hace 19 años.
Hasta ahora, ni Viliulfo ni Sonia habían recibido alguna asesoría técnica. La que recibieron como parte del proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT les permitió cambiar la idea de que sembrar maíz “ya no es redituable, más con el fertilizante caro y la maquinaria igual”.
Buscar la forma de adquirir un primer silo para almacenar su maíz llevó a Viliulfo a encontrar a la colaboradora del CIMMYT, Clara Santos, quien facilitó que ahora tenga cuatro silos que en conjunto le permiten almacenar más de tres toneladas y media. Esto le permite tener maíz todo el año y venderlo en el mercado local cuando el precio mejora.
Ahora, una vez que con el proyecto ha visto la posibilidad de seleccionar semilla y duplicar el volumen de producción con maíz híbrido amarillo, Viliulfo dice que “quisiera poder almacenar cinco o seis toneladas”, además de contar con nuevos silos para almacenar los 200 kilos de semilla de calabaza que tiene en costales.
Con buena producción de granos Sonia López Cruz considera que la inversión que hicieron fue buena: “Si nos resultó, porque el producto no se desperdicia, no se echa a perder, se conserva libre de gorgojos y con las ratas mermaba mucho, el recurso ya no llegaba como era. Lo guardamos y buscamos cuando el producto tenga un mejor precio porque se le invierte mucho. No resulta venderlo muy barato”.