La pandemia por COVID-19 ha tenido impactos diferentes (y diferenciados) para distintos tipos de sistemas agrícolas. De acuerdo con un artículo de un grupo de científicos de diversas instituciones de Guatemala, Honduras, Nicaragua y México —entre ellas el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, en México y Centroamérica los sistemas empresariales de pequeña y mediana escala fueron los más afectados, pero los sistemas de gran escala y de pequeños agricultores mostraron una mayor resistencia a los efectos de la pandemia.
Ante la movilidad reducida, el cierre de espacios públicos y privados o las restricciones en las fronteras (que afectaron todo tipo de sistemas agrícolas, aunque en distinta medida), las personas dedicadas al campo implementaron una serie de mecanismos para hacer frente a la pandemia. Entre estos, apunta el estudio, están el desarrollo de cadenas de valor alternativas, sistemas de entrega de alimentos y productos agrícolas y el uso exponencial de medios digitales.
“Los cambios en el comportamiento de los consumidores en respuesta a la pandemia y las medidas asociadas también provocaron cambios en los actores del sistema agroalimentario. Intentaron responder a estos cambios tanto en la demanda como en la operación, con implicaciones en los sistemas agrícolas. Por ejemplo, en muchos lugares los consumidores aumentaron su dependencia de los supermercados para la compra de alimentos y muchos compraron grandes volúmenes de alimentos con menos frecuencia debido a las restricciones de movilidad”, señala el artículo.
Así, lo que para algunos representó una limitación, para otros significó una oportunidad, de manera que “la acción colectiva y la organización de los agricultores también demostraron ser un importante mecanismo de supervivencia que permitió́ a algunos agricultores adquirir insumos y entregar productos en un contexto de movilidad restringida, volatilidad de precios e incertidumbre general”.
Por supuesto, la naturaleza de las exportaciones agrícolas, la estructura del sector, entre otras características propias de la región, también jugaron un papel importante en la mediación del impacto de la pandemia. Además, esta situación inédita en la historia de la humanidad ha mostrado algunas de las fallas de los sistemas agrícolas, pero también la fortaleza de algunos actores dentro de los sistemas agroalimentarios quienes han mostrado una gran capacidad para innovar y superar las adversidades.
Este artículo es producto de la investigación colaborativa entre científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Universidad Zamorano de Honduras, Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos (USSEC, por sus siglas en inglés), el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), el Servicio de Información Mesoamericano sobre Agricultura Sostenible (SIMAS) de Nicaragua, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y el Centro Regional de Investigación del Altiplano Occidental del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) de Guatemala. Puede leerse completo en el siguiente enlace:
López Ridaura, S., Sanders, A., Barba Escoto, L., Wiegel, J., Mayorga Cortés, M., González Esquivel, C., y García-Barcena, T. S. (2021). Immediate impact of COVID-19 pandemic on farming systems in Central America and Mexico. Agricultural Systems, 192, 103178.
Con información de Santiago López Ridaura, investigador del CIMMYT.