Ciudad de México.- América Latina es la región con mayor potencial agrícola del mundo y el mayor exportador de alimentos. De hecho, de acuerdo con el informe Perspectivas Agrícolas 2019-2028 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que para el año 2028 la región será la responsable de más del 25% de las exportaciones globales de productos agrícolas.
Para aprovechar este potencial desde ahora, se realizó en México la primera edición de la Global Fruit Latam los días 24, 25 y 26 de marzo. Se trata de la primera feria internacional de negocios para productos frescos de Latinoamérica y en ella participó el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) con el objetivo de crear conciencia de que el crecimiento del sector agrícola de la región debe ser sostenible.
Cuando los sistemas agroalimentarios no son sostenibles se convierten en “fuentes de migración masiva y de otros problemas asociados con los efectos del cambio climático. De acuerdo con la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO), en los próximos 50 años vamos a tener que producir tanta comida como ha consumido la humanidad en toda su historia. Esto debido a que habrá más población, menos tierra disponible para cultivar y en consecuencia se requieren mejores sistemas de producción”, expresó Víctor López Saavedra, gerente senior de Alianzas de Acceso a Mercados del CIMMYT durante una conferencia en el cierre del Global Fruit Latam.
“Nos enfrentamos a una realidad en la que tenemos que dejar de pensar solo en productos básicos y empezar a pensar cómo esos productos forman parte de sistemas de producción y consumo más amplios. Necesitamos tener conciencia de cuál es la cadena de producción, distribución y consumo de alimentos e identificar cuáles son los actores clave para que la cadena sea más fuerte”, dijo.
“Una de las áreas de trabajo que el CIMMYT ha desarrollado con mayor éxito en la última década son las redes de innovación territorial, las cuales contribuyen a cerrar las asimetrías entre las distintas entidades. Una red de innovación es una evolución del concepto de cadena de valor donde cada uno de sus elementos interactúa con los otros y tiene la capacidad de influir en su entorno. Junto con la Universidad Autónoma de Chapingo hemos hecho un ejercicio y este nos indica que mapear las redes permite ser entre nueve y 11 veces más efectivos a la hora de fomentar la adopción de tecnologías”.
Luego de exponer los distintos proyectos de sustentabilidad agrícola que el organismo internacional impulsa junto con los sectores público, privado, académico y social, Víctor López comento que “a través de los sistemas de datos cada ciclo podemos entender cuál es el avance que se está produciendo en campo con los distintos proyectos y cómo los podemos comunicar después”.
Sobre comunicar la importancia de la sustentabilidad agroalimentaria, Víctor López mencionó que es fundamental debido a que “los consumidores están cada vez mejor informados y es importante considerarlos. Cadenas de valor, valor nutricional, ganancias justas y trabajo digno son algunos de los elementos que permean desde los medios de comunicación hacia el consumidor y hacen que este a su vez pida información a las empresas sobre cómo han sido producidos sus alimentos. El consumidor es poderoso. La información constante a clientes y consumidores es la mejor estrategia para generar reconocimiento y valoración positiva de la marca. Un sector agroalimentario sostenible requiere atención a cada uno de sus componentes”.