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Cómo las tecnologías del CIMMYT llegan a los agricultores de escasos recursos: el caso de Saraguro, Ecuador

Desde 1995, científicos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria del Ecuador (INIAP) han trabajado con agricultores en 17 comunidades de una zona andina remota, proporcionándoles semilla de variedades mejoradas de diversos cultivos, minicréditos y capacitación en agricultura rentable y sustentable. Los agricultores de subsistencia en Saraguro han multiplicado sus antiguos rendimientos de granos pequeños, papa, maíz y chícharo (arveja o guisante), y sus ingresos promedio se han incrementado de US$1 a US$2 diarios. Ya que pueden ahora confiar en la seguridad alimentaria, los agricultores demandan semilla de variedades de mayor valor en el mercado y están comenzando a producir cultivos comerciales, entre ellos, cebollas, tomates o fruta. La conexión con el CIMMYT

El proyecto comenzó cuando Hugo Vivar, ex mejorador de cebada del ICARDA, que durante largos años estuvo asignado al CIMMYT, trabajó con el mejorador del INIAP Jorge Coronel para introducir una nueva variedad de cebada de alto rendimiento en la zona. Después del éxito que lograron con la cebada, Vivar ayudó a canalizar semilla de trigo mejorado tolerante a la sequía, derivado de la investigación del ex mejorador de trigo Richard Trethowan, y semilla de una excelente variedad de maíz de calidad proteínica (QPM), que se está utilizando en los programas alimentarios para la niñez en dos escuelas rurales y cuyos elotes venden los agricultores para obtener ingresos extra.

Coronel, que creció en una finca en Biblián, Provincia de Cañar, Ecuador, estudió en la Universidad de Cuenca, al sur del país, ha estado al frente del trabajo en Saraguro desde que se lanzó el proyecto; es una personaje muy conocido y bien recibido en los poblados de esa zona montañosa de los Andes. En 1991, investigador en ciernes, Coronel tomó un curso de seis meses en el CIMMYT en México, y le impresionó de manera especial la filosofía referente a la necesidad de trabajar con y para los agricultores. “De verdad disfruto lo que hago aquí, y lo maravilloso es que me pagan por ello” –comenta.