Los custodios de los recursos genéticos universales deben ofrecer un mejor acceso a semilla y datos de sus colecciones y satisfacer asimismo la creciente demanda de parientes silvestres, mapas de ADN de poblaciones y reservas de genes de trigo. Fueron estas las conclusiones de 12 expertos de renombre mundial –de Asia, Europa, Australia y Norteamérica– en un evento destinado a trazar una estrategia global para la conservación y uso de los recursos del trigo y especies afines (centeno y triticale).
El grupo, que se reunió en el CIMMYT, México, del 20 al 22 de junio, identificó cinco prioridades para lograr las metas propuestas: (1) implantar un sistema de información integrado con datos de las colecciones en el mundo; (2) atender las deficiencias en el manejo de colecciones importantes; (3) asegurarse de que se respalden en forma adecuada las principales colecciones; (4) reponer materiales en la diversidad de las colecciones internacionales, poniendo especial atención en los parientes silvestres; y (5) ampliar las colecciones de reservas genéticas (materiales que contienen ciertos caracteres, genes o construcciones génicas).
Patrocinaron el evento el Fondo Internacional para los Recursos Fitogenéticos, una iniciativa de la FAO de las Naciones Unidas y el Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI). “Probablemente es el trigo el cultivo más extenso e importante, respecto al número de colecciones y accesiones que conservan los programas nacionales en todo el mundo”, declaró Brigitte Laliberté, científica del Fondo, cuyo propósito es promover la conservación y disposición de la diversidad agrícola para la seguridad alimentaria mundial. “La estrategia global que se propone para la conservación del trigo marcará la pauta en la asignación de recursos del Fondo para preservar colecciones tan esenciales por tiempo indefinido”.