La investigación revela que, si se reduce la disparidad de género y se empodera a las mujeres, los hogares rurales podrían aumentar su seguridad alimentaria y nutricional, y se reforzarían de manera significativa otros resultados del desarrollo, como la educación infantil.2,3 Sin embargo, más de 1.1 mil millones de mujeres en el mundo no tienen acceso a tierra, ni a insumos o servicios de extensión.
El tema central del trabajo de las investigadoras del CIMMYT Lone Badstue y Tina Beuchelt son las relaciones de género que existen en los sistemas de producción de maíz y trigo. Destinado a reforzar los vínculos entre la igualdad de género y la nutrición y las tecnologías climáticamente inteligentes, el trabajo que llevan a cabo es parte de una iniciativa conjunta entre el CIMMYT; el Programa de Investigación del CGIAR (CRP, por sus siglas en inglés) sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS); y el CRP MAIZE. Beuchelt y Badstue ganaron el premio de Plata por su póster titulado “Towards nutrition- and climate-smart agriculture: discussing trade-offs from a gender and intragenerational perspective”, presentado en la Primera Conferencia Internacional sobre Seguridad Alimentaria Mundial, celebrada en los Países Bajos.
Beuchelt dijo que no siempre es posible predecir de qué manera las tecnologías agrícolas nuevas afectarán los patrones laborales o la asignación de recursos y de tierra entre hombres y mujeres. “Para lograr un acceso equitativo a las tecnologías y los beneficios de la investigación agrícola para el desarrollo, necesitamos estar conscientes de las perspectivas de la igualdad de género y social durante todo el ciclo del proyecto”, comentó Beuchelt. “Desde el momento en que comienza la etapa de planeación y diseño, tenemos que analizar y considerar todas las oportunidades y riesgos de la investigación agrícola.”
Beuchelt añadió que también puede ser difícil predecir si una tecnología nueva será adoptada y a quién beneficiará. Los impactos, tanto planeados como no planeados, pueden producirse a nivel individual, familiar y comunitario.
Los grupos interesados, de hombres y de mujeres, necesitan trabajar juntos en aras de encontrar soluciones para atenuar los obstáculos o fortalecer los impactos de la equidad de género y social. Las soluciones pueden ser, entre otras, medidas que respondan a la desigualdad de género (reconociendo las disparidades y buscando soluciones) o medidas transformadoras de las relaciones entre los géneros (comprometerse a forjar relaciones de equidad entre los géneros).
Por lo general, la investigación agrícola se destina a innovaciones tecnológicas, pero no siempre tiene en cuenta las disparidades sociales ni los diferentes efectos que producen en los hombres y en las mujeres. En su póster, Beuchelt y Badstue hablan de la agricultura de conservación y su potencial en la producción alimentaria climáticamente inteligente; y abogan por la “combinación inteligente” de tecnologías y campañas de concientización sobre la equidad de género. La combinación inteligente de tecnologías podría incluir el uso de agricultura de conservación (con beneficios a largo plazo plazo) e intercultivo de maíz y frijol (con beneficios a corto plazo) e información de análisis de género.
“Es importante reconocer toda la complejidad del sistema alimentario y la conexión entre sus diferentes elementos”, recalcó Beuchelt. “La igualdad de género no debería ser algo complementario sino una parte totalmente integrada de las iniciativas de investigación y desarrollo, a fin de conquistar la igualdad para todos.”
Lecturas adicionales:
Declaration on the rights of peasants and other people working in rural areas
Género, nutrición y producción alimentaria climáticamente inteligente: Oportunidades y obstáculos
Referencias:
1. Food and Agriculture Organization’s State of Food and Agriculture 2010-2011
2. World Bank, 2009; FAO, 2010; Meinzen-Dick et al., 2011b
3. IFPRI, 2005