Uno de los objetivos de la Iniciativa para los Sistemas de Producción de Cereales en el Sur de Asia (CSISA) es asegurar que los agricultores de todos los estratos económicos, incluidos los de pequeña escala del estado de Bihar, tengan acceso a maquinaria apropiada, de distintos precios y acorde con sus necesidades, señala Scott Justice, especialista en mecanización agrícola del CIMMYT. Una de las formas en que CSISA cumple este objetivo es mejorando los diseños existentes de maquinaria de cosecha y postcosecha, para así cubrir las necesidades específicas de los agricultores.
Para trillar maíz, por ejemplo, los productores tienen la opción de adquirir una máquina muy grande y potente, que cuesta aproximadamente 786 dólares estadounidenses, o una manual de bajo costo con la que obtienen solo de 15 a 20 kilogramos de grano por hora. Justice menciona que “estas trilladoras ligeras y accesibles entraron en escena hace relativamente poco tiempo. Como su diseño es sencillo, los fabricantes locales no tienen problema para producirlas y modificarlas, dependiendo de las necesidades del cliente”.
CSISA y un fabricante local modificaron una trilladora mediana y el resultado de su trabajo fue una máquina impulsada por un motor eléctrico que desgrana dos mazorcas a la vez y produce hasta 150 kg de grano por hora; consume solo de 2 a 4 unidades de electricidad. Cuesta 126 dólares estadounidenses, que es un precio bastante accesible. “En realidad, 50 por ciento de esa suma es lo que se paga solo por el motor eléctrico. A quienes ya cuentan con una trilladora les costaría únicamente 63 dólares”, según Suryakanta Khandai, especialista en postcosecha del Instituto Internacional de Investigación sobre Arroz (IRRI) que trabaja con CSISA en Bihar.
Hasta hace poco, los productores de Bihar solo tenían dos opciones para mecanizar la trilla de arroz: una trilladora axial muy grande por la que pagaban hasta 2,700 dólares, a precio subsidiado, o una de tambor abierto con pedales, de poca capacidad y difícil de operar por periodos prolongados.
“Obviamente, los productores necesitaban una máquina mediana, de precio accesible, portátil y potente para el arroz”, indica Khandai. “Los modelos en uso no tenían la función de separar o empacar el grano; el nuevo diseño ya integra dicha función. Además de ponerle ruedas, decidimos también usar un motor de diésel que hace posible que la máquina se desplace por el terreno inmediatamente después de que se cortan las plantas, lo cual ayuda a reducir pérdidas.” El producto final fue una trilladora de tambor abierto que funciona con diésel.
Contratar a una persona que haga la trilla manual de un acre de arroz cuesta 23.96 dólares y el trabajo se hace en siete días. Sin embargo, con la trilladora de diésel de tambor abierto, la trilla en la misma superficie se hace en poco más de cuatro horas a un costo total de 10.54 dólares.
Dado que la modificación de estas máquinas medianas no ofrece suficientes ganancias para las grandes manufactureras y distribuidores, CSISA se ha puesto en contacto con las compañías locales para salvar esta diferencia. La adaptación de la trilladora de maíz se hizo en colaboración con Dashmesh Engineering, que obtiene una ganancia de entre 11 y 13 dólares. “Las ganancias ayudan a que los fabricantes se sientan motivados y amplíen la distribución de la maquinaria.
Justice añade: “Las trilladoras de arroz de tambor abierto que funcionan con diésel son de fácil uso pero no se les ha dado mucha difusión. Me parece que ahora deberían promoverse entre los propietarios de trilladoras adaptadas a tractores de dos ruedas y minitrilladores en India y Nepal”.