Alrededor de 780 millones de las personas que padecen desnutrición viven en los países en desarrollo y alrededor de 94%, en Asia y África, según informes de la FAO.
Pero estas estadísticas cuentan solo parte de la historia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay en el mundo dos mil millones de personas que padecen desnutrición por falta de micronutrientes. A la desnutrición por falta de micronutrientes se le conoce también como “hambre oculta”, que es provocada por la ausencia de suficientes vitaminas y minerales en los alimentos. Los habitantes del sur de Asia y África subsahariana son los que más padecen de hambre oculta, la cual se caracteriza por anemia ferropénica, deficiencia de vitamina A y de zinc, reporta la OMS.
El zinc es importante para el crecimiento, la diferenciación celular y el metabolismo. La deficiencia de zinc ocasiona retrasos del crecimiento en la niñez y reduce la resistencia del organismo a las infecciones; es un problema que afecta a cerca de la tercera parte de la población mundial. La administración de suplementos de zinc puede ayudar a aumentar el crecimiento lineal en menores de cinco años, indica la OMS.
Uno de los principales objetivos del programa de biofortificación de HarvestPlus que coordinan el CIMMYT y sus colaboradores de los programas nacionales del sur de Asia es combatir el hambre. El programa busca generar y diseminar variedades de trigo competitivas con alto contenido de zinc y otros caracteres agronómicos esenciales.
El programa de biofortificación introduce nuevas fuentes de diversidad genética de especies y variedades criollas en materiales genéticos de trigo adaptados. Se están utilizando variaciones mediante el uso de mejoramiento alternado, sembrando ensayos de trigo en dos sitios de México con diferentes condiciones climáticas, de los cuales se obtienen variedades adaptadas con resistencia durable a enfermedades foliares y alto contenido de zinc.
Las variedades nuevas tienen una concentración de entre 20 y 40% más zinc y su comportamiento agronómico es similar o superior al de otras variedades populares en el sur de Asia. Se están haciendo estudios para poder llevar a cabo de manera más precisa la transferencia de regiones genómicas de configuraciones genéticas adaptadas y aumentar la eficiencia del mejoramiento, al igual que la identificación de variedades biofortificadas destinadas a condiciones de producción específicas en los países que se elijan.
Tras varias demostraciones, en 18 poblados muchos de los agricultores se interesaron en sembrar el trigo adicionado con zinc. En 2013, se distribuyeron mini paquetes de semilla entre agricultores de la región y en 2014 eran más de 10,000 los que sembraban dicho trigo.
Las alianzas público-privadas permiten también comercializarlas en poco tiempo y la prueba de los buenos resultados es que en el ciclo 2015-2016 eran más de 50,000 los productores que sembraban las variedades. Los agricultores estaban felices con la variedad “Zinc Shakthi” por su buen comportamiento en el campo —con un rendimiento mayor de entre 5 y 10%—, en condiciones tanto de temporal como de riego, por el tamaño del grano, la calidad de cocción, el color del grano y su apariencia en general.