MasAgro es un programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A casi una década de haber iniciado operaciones, sus resultados hablan por sí mismos. Su impacto positivo en más de 300,000 productores y más de 1 millón de hectáreas explica su permanencia en el tiempo y el interés internacional que ha despertado para replicar la estrategia en países con riesgo de hambruna y como vía para mitigar la migración forzada, pues MasAgro no sólo incrementa los rendimientos de los productores, sino que —por su enfoque social y ambiental— ha contribuido al desarrollo de las comunidades rurales y la preservación del medioambiente y la biodiversidad.
Los resultados más recientes del programa —correspondientes al año 2018— muestran que la apuesta por la generación y transferencia de conocimientos, así como por la investigación colaborativa y la articulación de esfuerzos y capacidades, rinde frutos. De acuerdo con estos resultados, las investigaciones desarrolladas en 40 plataformas de investigación y la difusión de prácticas agronómicas sustentables —a través de más de 1,000 módulos con parcelas demostrativas— permitieron sumar más de 3,000 nuevas áreas de extensión en todo el país (es decir, parcelas donde los productores deciden implementar alguna de las innovaciones promovidas por MasAgro).
Este dato es relevante porque significa que son los propios productores quienes están tomando decisiones informadas y responsables para beneficio de sus parcelas, familias y comunidades. El acompañamiento técnico que reciben (en 2018 se capacitó a más de 5,000 técnicos y actores clave del sector agroalimentario) y el soporte científico del programa propician precisamente que los productores sean la pieza central en la transición de una agricultura convencional a una basada en el conocimiento, sustentable y climáticamente inteligente.
Por su enfoque social e incluyente, su base científica y su operación en redes colaborativas, MasAgro ha sido considerado un programa clave para impulsar y acelerar el desarrollo del campo mexicano. Su alineación con el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 contribuye además a los esfuerzos del Gobierno federal para lograr la seguridad alimentaria. Esta sinergia reafirma que MasAgro es una “iniciativa exitosa e innovadora de desarrollo rural sostenible, alimentación saludable, erradicación de la pobreza y resiliencia climática y ambiental que puede ser replicada en diversos territorios rurales y a múltiples escalas”, como mencionó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2018, cuando reconoció al programa por su labor.
El mejor reconocimiento, sin embargo, es el de los propios productores cuando ven los resultados de implementar las prácticas sustentables que promueve MasAgro. “Me di cuenta de que es necesario abandonar las prácticas convencionales y adoptar otras sustentables. Yo invito a los productores a que hagan Agricultura de Conservación; van a mejorar su producción, pero —sobre todo— van a detener los daños que se le siguen ocasionando al medioambiente con el uso excesivo de agroquímicos y las quemas sin control”, comentó Víctor Artemio Díaz González, productor cooperante de Chamula, Chiapas. Este es uno de muchos testimonios que avalan el programa y que se replican cada ciclo. Por esto, MasAgro ha permitido trazar el camino de Maíz para México, el plan estratégico más completo —generado por especialistas y actores clave del ámbito científico, gubernamental, empresarial y social— para transformar el escenario del maíz en México.
¿Por qué es importante impulsar programas como MasAgro y planes estratégicos como Maíz para México? Porque, si las tendencias se mantienen, en tan sólo 10 años el país vivirá una situación sin precedentes con respecto a su autosuficiencia alimentaria: necesitará importar un poco más de 18 millones de tonelas de maíz. Esa es la razón por la cual entre las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está la de duplicar para el año 2030 la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos de pequeña escala. MasAgro y Maíz para México son iniciativas que contribuyen al logro de esta meta.