Piense en todo lo que puede hacer con su celular en un día cualquiera. Puede echar andar su automóvil, comprar un café y hasta medir su frecuencia cardiaca. Los celulares son nuestra alarma y nuestra cámara, nuestro gimnasio y nuestro banco. No son solo importantes para la vida citadina sino que ofrecen también la formidable oportunidad de transformar la vida de los agricultores de pequeña escala. Hasta el dispositivo más básico constituye una poderosa herramienta para los agricultores, porque les proporciona información sobre el clima, el precio de sus productos y técnicas de cultivo.
Para muchos agricultores del mundo en desarrollo, los celulares son la forma más accesible de tecnología; sin embargo, son solo una de las numerosas tecnologías que están cambiando la forma en que se practica la agricultura. Innovaciones como el arado, el riego y los fertilizantes forjaron la historia de la humanidad. Hoy en día, las tecnologías siguen teniendo un papel esencial en la producción agrícola y creando impactos en la vida de los agricultores de todo el mundo.
Bienvenidos a la era de la hiperprecisión
La agricultura de precisión se ha practicado por más de 30 años, pero, hoy en día, tecnologías más económicas y robustas están marcando el comienzo de la era de la hiperprecisión. Ante la creciente incertidumbre por los fenómenos climáticos y las fluctuaciones de precios, los agricultores no pueden darse el lujo de correr riesgos, y la agricultura de precisión les permite aumentar su producción y sus ganancias al crear un vínculo entre los determinantes y las variaciones en el rendimiento de sus cultivos. Existen varios modelos de maquinaria agrícola equipada con GPS y sensores que detectan la cantidad de agua que necesita el cultivo y los niveles de nutrientes en el suelo, y distribuyen la cantidad exacta que necesitan.
La agricultura de precisión se creó para grandes fincas comerciales que cuentan con todos los recursos necesarios, pero su concepto es altamente transferible y aplicable a cualquier tamaño de finca.
Por ejemplo, los sensores portátiles que se utilizan para el dosel del cultivo son una tecnología revolucionaria con potencial para poner la agricultura de precisión al alcance de los agricultores de pequeña escala. El uso de esos sensores para evaluar las condiciones de sus cultivos proporciona a los agricultores información básica que utilizan para aplicar la dosis de nitrógeno recomendada. Esto tiene un doble propósito, tanto para los pequeños agricultores de regiones donde suele haber escasez de nitrógeno en el suelo, como para aquellos que aplican más fertilizante del necesario, reduciendo sus ganancias y contaminando el ambiente.
En Bangladesh, los científicos del CIMMYT están creando una aplicación que programa el riego y predice una semana antes si un terreno en particular lo requiere. Con base en estimados obtenidos a partir de imágenes satelitales del contenido de agua en el cultivo, de un modelo de agua en el suelo y pronósticos meteorológicos, el algoritmo subyacente de la aplicación se está ensayando también en el norte de México.
Ojos en el cielo
El ojo humano es un sensor remoto, pero en un terreno de labor hay muchas cosas que no se pueden distinguir a simple vista, como la temperatura ambiente y los cambios que ocurren en las plantas a causa de temperaturas extremas. En el CIMMYT, los dispositivos de teledetección ahora permiten a los investigadores obtener información de una superficie extensa sin que éstos tengan que pisar el terreno, algo que, de otra manera, sería difícil monitorear. De hecho, el mes pasado me reuní con investigadores que trabajan en la sede del CIMMYT, en El Batán, México, para aprender más sobre el uso de un vehículo aéreo no tripulado (UAV) equipado con un GPS y sensores termales y multiespectrales que toman fotografías desde las alturas a una resolución de imagen de 3 cm. Este aparato se está utilizando para captar imágenes de la temperatura del dosel y la cantidad de nitrógeno que necesitan los cultivos.
La teledetección por sí sola no va a enseñar a los agricultores cómo arar apropiadamente sus campos, dar el mejor cuidado a sus cultivos u optimizar sus ganancias. La teledetección explora las dimensiones de espacio y tiempo y con esto se hace un diagnóstico, pero el siguiente paso crucial consiste en tornar estos datos en recomendaciones sobre uso de nutrientes, riego y protección del cultivo. Lo que sigue es cómo hacer llegar dichas recomendaciones a las pequeñas fincas. En sitios donde no abunda la tecnología, esto dependerá de la transferencia de conocimientos para poder hacer recomendaciones a los agricultores.